No sólo es el cine: toda la cultura se ha convertido en un oligopolio controlado por unos pocos

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No hay que ser un cinéfilo experto para darse cuenta de que la mayoría de las películas populares de los últimos años son una nueva versión, un remake, una secuela, un spin-off o una expansión del universo cinematográfico de alguna saga. En 2021, solo una de las diez películas más taquilleras, la cinta protagonizada por Ryan Reynolds Free Guy, era original. Solo hubo dos originales en el top 10 de 2020, y ninguna en 2019.

¿De quién es la culpa? Algunos argumentan que Netflix y los codiciosos estudios son los responsables de esta tendencia. Otros, que simplemente nos hemos vuelto más tontos y nos estamos quedando sin ideas. Y otro grupo afirma que no hay nada nuevo en esto. Pues bien, si bien estas razones son erróneas, también pueden contener algo de verdad. Y lo cierto es que este fenómeno no sólo está ocurriendo en el cine, sino en todo los ámbitos de la cultura (televisión, música, libros y videojuegos).

Un cartel cada vez más pequeño de superestrellas reclama una porción cada vez mayor del mercado. Asistimos a un oligopolio cultural. Un gran cambio que lleva sucediendo durante décadas y en todas partes.

En el cine. En lo más alto de las listas, las películas originales se han extinguido. El escritor Adam Mastroianni analizó para un ensayo sobre el tema las 20 películas más taquilleras desde 1977 y codificó si cada una formaba parte de lo que los estudiosos del cine llaman una "multiplicidad": secuelas, precuelas, franquicias, spin-offs, expansiones de un universo cinematográfico, etc. El cambio es gigantesco. Hasta el año 2000, un 25% de las películas más taquilleras eran multiplicidades. Desde 2010, ha sido más del 50% cada año. En los últimos años, ha estado cerca del 100%. Las películas originales ya no son populares, incluso si se siguen haciendo.

Las mejores películas también han comenzado recientemente a tomar una porción más grande del mercado. Mastroianni extrajo los ingresos de las 20 películas principales y los dividió por los ingresos totales de las 200 películas principales, desde 1986. Esas películas absorbieron alrededor del 40% de todos los ingresos hasta 2015, cuando engulleron aún más.

Películas en el top 20 que son secuelas, precuelas, remakes, reboots o de un universo expandido.
Películas en el top 20 que son secuelas, precuelas, remakes, reboots o de un universo expandido.

En la televisión. Gracias al streaming, hay muchas más cosas en la televisión hoy que hace 50 años. Por lo tanto, tendría sentido si algunos programas dominaran las primeras décadas de la televisión y ahora los nuevos programas se relevaran constantemente en la parte superior de las listas de audiencia. En cambio, ha sucedido lo contrario. Estudiando los 30 programas de televisión más vistos desde 1950 hasta 2019, cada vez menos franquicias gobiernan una parte cada vez mayor.

De hecho, desde 2000, alrededor de un tercio de los 30 programas más vistos son derivados de otros programas que se encuentran entre los más famosos (por ejemplo, CSI y CSI: Miami) o streamings múltiples del mismo programa (por ejemplo American Idol el lunes y el miércoles).

Series en el top 30 que son o spinoff de otras series de hace 30 años o multiples streamings de la misma serie.
Series en el top 30 que son o spinoff de otras series de hace 30 años o multiples streamings de la misma serie.

En la música. Muchos creen que en el pasado pocas bandas gobernaban las listas de éxitos: The Beatles, The Eagles, Michael Jackson, mientras que hoy en día todos pueden llegar a lo más alto. No es así. El científico de datos Azhad Syed realizó un análisis y descubrió que la cantidad de artistas en el Billboard Hot 100 ha ido disminuyendo durante décadas. Y desde el año 2000, el número de visitas por artista en el Hot 100 ha ido en aumento. Un grupo más pequeño de artistas encabeza las listas. La música también se ha convertido en un oligopolio.

Gráfico que muestra cuántos artistas diferentes hay en el Hot 100 cada año.
Gráfico que muestra cuántos artistas diferentes hay en el Hot 100 cada año.

En los libros. En la literatura la tendencia es la misma. Usando la lista de LiteraryHub de los 10 libros más vendidos de cada año desde 1919 hasta 2017, vemos que el oligopolio también ha llegado a la publicación de libros. Hay un par de maneras en que podemos verlo: Primero, el porcentaje de autores repetidos en el top 10, es decir, la cantidad de libros en el top 10 que fueron escritos por un autor con otro libro en el top 10. Solía ​​ser bastante raro que un autor tuviera varios libros entre los 10 primeros en el mismo año. Desde 1990, ha sucedido casi todos los años.

Ningún autor había tenido tres libros entre los 10 primeros en un año hasta que Danielle Steel lo hizo en 1998. En 2011, John Grisham, Kathryn Stockett y Stieg Larsson tenían dos libros cada uno. También podemos ver el porcentaje de autores en el top 10 que ya eran famosos (que tuvieron un libro top 10 en los últimos 10 años). Eso también ha aumentado con el tiempo. En la década de 1950, poco más de la mitad de los autores del top 10 ya habían estado allí antes. En estos días, está más cerca del 75%.

Libros en el top 10 (por ventas) escritos por un autor con diferentes libros en el top 10 ese año.
Libros en el top 10 (por ventas) escritos por un autor con diferentes libros en el top 10 ese año.

En los videojuegos. Si te paras a rastrear los 20 videojuegos más vendidos de cada año desde 1995 hasta 2021 para analizar si cada uno pertenece a una franquicia preexistente, también notarás un fenómeno similar. A fines de la década de 1990, el 75% o menos de los videojuegos más vendidos eran entregas de franquicias. Desde 2005, ha estado por encima del 75 % todos los años y, a veces, es del 100 %. En la parte superior de las listas, está todo Mario, Zelda, Call of Duty y Grand Theft Auto.

Videojuegos en el top 20 que son parte de franquicias.

¿Por qué? Para explicar el surgimiento del oligopolio pop hay que responder a dos preguntas: ¿por qué los productores comenzaron a producir más de lo mismo y por qué los consumidores lo consumen? El software e Internet han facilitado más que nunca la creación y publicación de contenido. La mayoría de las cosas que hacen los aficionados son "basura" y nadie las consume, pero una pequeña proporción tiene mucho éxito. Esto podría hacer que los gigantes de los medios elijan producir y promocionar cosas que los independientes nunca podrían, como una película de los Vengadores. Esto no puede explicar por qué la oligopolización comenzó hace décadas (YouTube se lanzó en 2005, por ejemplo, y la mayoría no tenía banda ancha hasta 2007), pero podría explicar por qué se aceleró y se mantuvo.

La ley del más fuerte. Es la supervivencia. A las cosas grandes les gusta derrotar a las cosas más pequeñas. Por eso, con el tiempo, los gigantes deberían crecer y los diminutos deberían morir. De hecho, los estudios de cine, los sellos discográficos, las cadenas de televisión y los editores de libros y videojuegos se han consolidado. Tal vez sea inevitable que los principales productores de cultura absorban o destruyan a todos los demás, dejando nada más que superestrellas de taquilla.

De hecho, tal vez el oligopolio cultural sea simplemente un estado de transición antes de llegar a un posible monopolio cultural.

Falta responder a una pregunta. Lo más importante: ¿Por qué las personas están más abiertas a experimentar lo mismo una y otra vez? A medida que las opciones se multiplican, elegir se vuelve más difícil. Hemos hablado de este fenómeno en Magnet. Es imposible evaluarlo todo, así que empiezas a confiar en pistas como "esta película tiene a Tom Hanks" o "si me gustó Red Dead Redemption, probablemente me gustará Red Dead Redemption II", lo que hace que cada vez sea menos probable que elijas algo desconocido.

Es decir, más oportunidades significa mayores costes de oportunidad, lo que podría llevar a una menor tolerancia al riesgo. Cuando la única forma de ver una película es elegir una de las siete que se proyectan en Antena 3, puedes arriesgarte con algo nuevo. Pero cuando tienes un millón de películas para elegir en Netflix, elegir una opción familiar y segura parece más sensato que apostar por una original.

Podría estar sucediendo en toda la cultura. Las películas no solo compiten con otras películas. Compiten con todas las demás formas de pasar el tiempo, y esas formas son infinitas y van en aumento. Ahora hay 60.000 libros gratuitos, Spotify dice que tiene 78 millones de canciones y 4 millones de episodios de podcast, y la humanidad sube 500 horas de video a YouTube cada minuto. Así que sí, estabas en lo cierto, quizás la película de Tom Hanks parece una buena opción.

Gráficos: Adam Mastroianni

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