Sí, te pueden despedir por trabajar más de la cuenta. Y a este empleado de Lidl le acaba de pasar

Sí, te pueden despedir por trabajar más de la cuenta. Y a este empleado de Lidl le acaba de pasar
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¿Qué sucede cuando trabajas más de lo que debes a cambio de nada? La pregunta es lo suficientemente extraña como para causar estupor: la mayoría de las personas buscan trabajar menos a lo largo de su vida o, al menos, cobrar lo debido por todas las horas extras invertidas. No hacerlo gratis y de forma unilateral, en resumen. En última instancia, lo habitual es lo opuesto: negarse a hacer horas extras remuneradas.

Sin embargo, la situación anterior, si bien no frecuente, se da en numerosas empresas. Lidl es una de ellas. Su caso ha llamado la atención tras el despido de un gerente de tienda en Barcelona, Jean, el pasado junio. ¿El motivo? El trabajador había acudido a su puesto de trabajo fuera de las horas estipuladas en el contrato, y había desempeñado tareas productivas sin cobrar. No tanto un chollo como, al parecer, un objetivo motivo de despido disciplinario por parte de la empresa.

A esta hora, el caso de Jean protagoniza buena parte de la actualidad mediática gracias a la difusión de este artículo de El País, donde se revela parte del contenido de la carta de despido. Según Lidl, el gerente en cuestión preparaba "la tienda antes de su apertura al público" sin haber fichado, "realizaba pedidos, cambiaba precios o reponía palés enteros de artículos". Todo ello fuera de su horario laboral, faltas, a juicio de la empresa, muy graves.

El asunto ha llegado esta semana a los tribunales de mano del ex-trabajador, y, obvio, es paradójico: las empresas no suelen despedir a los trabajadores abnegados, a aquellos que deciden hacer horas extra gratis.

Tus derechos no son opcionales, son obligados

Y sin embargo, sí, es probable que tu empresa te despida por trabajar gratis. Hablamos con Ángel Trujillo secretario general de la sección sindical estatal de Lidl en Comisiones Obreras, el sindicato mayoritario dentro de la empresa de supermercados: "Celebramos que la empresa cumpla sus compromisos sobre el horario", responde de forma sorpresiva tras descolgar el teléfono. "Trabajar sin picar era generalizado hace unos años en Lidl", añade, "y en el convenio buscamos que no se diera más".

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Lost in the supermarket, versión estatuto de los trabajadores. (Clark Young/Unsplash)

Entonces, ¿el sindicato está a favor? No exactamente. Trujillo explica que las leoninas condiciones de productividad fijadas por Lidl, y que determinan parte del salario final de cada empleado a cada mes, habían provocado históricamente una sobrecarga laboral voluntaria de los trabajadores. La plantilla de Lidl se cargaba de horas extra gratis porque, de otro modo, no cumplía con los exigentes requisitos de productividad de la empresa, especialmente en Cataluña.

Es decir, la voluntariedad era relativa, y venía marcada por las exigencias laborales de Lidl (que, casualmente, es el argumento del gerente despedido). ¿Solución? Castigar el trabajo extra gratuito en el convenio laboral. Su reforma, según cuenta Trujillo, se obtuvo tras la negociación sindical, y obligó a Lidl a ser más estricta en la vigilancia de los horarios.

El despido es en realidad una protección de tus derechos laborales: son obligatorios, no opcionales, por el bien de todos los trabajadores

¿Pero qué sentido tiene penalizar al trabajador en última instancia desde el sindicato? El razonamiento es el mismo que subyace tras el estatuto de los trabajadores y el mismo que obliga a los empleados a acogerse a bajas laborales o a pedir determinados días de vacaciones: preservar los derechos laborales obligando a su cumplimiento, so penalización, desde las propias empresas. Un derecho, cuando es opcional, deja de serlo, en tanto que puede penalizar a todos los trabajadores que desean ejercerlo libremente.

Trujillo especifica: se trata del convenio, no del marco del estatuto de los trabajadores, más global, el que regula el caso concreto de Lidl (porque además es de empresa, no de sector).

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Según CCOO, Lidl había incumplido en numerosas ocasiones con los convenios de horarios de los trabajadores. Por lo que el sindicato presionó con fuerza para que comenzara a penalizar las horas extras gratuitas. (Lidl)

"Estamos de acuerdo en que si alguien no sólo pica, sino que además ha obligado a otros compañeros a que no picaran, ya no esté en la empresa", añade, explicando que tienen constancia de que otros subempleados tuvieron que hacer lo propio. Pero eso sí, "esto no quiere decir que la empresa se haya portado bien ni que Lidl sea un gran empleador en materia de horarios. También tenemos conflictos en jornadas parciales por cómo cambian los horarios y otras cuestiones donde no se cumple el convenio".

Para Nines Morcillo, abogada laboralista de 2m2abogados, situaciones así pueden dar pie a despidos improcedentes. Especialmente cuando el trabajador pasa por encima del convenio. Ahora bien, de forma general, "siempre y cuando la empresa haya transmitido al trabajador ton la total y absoluta claridad las órdenes por las que tiene que organizar su trabajo". O lo que es lo mismo: la empresa tiene que especificar claramente que las horas extra gratuitas y el acceso al puesto de trabajo están prohibidas.

Estamos de acuerdo en que si alguien no sólo pica, sino que además ha obligado a otros compañeros a que no picaran, ya no esté en la empresa

"Las cartas de despido disciplinarios tienen que ser muy exigentes", cuenta", debe ir todo muy detallado y son las cartas más complicadas para justificar un despido. No tiene que generar indefensión". Es decir, la empresa de turno debe hacer constar expresamente qué términos del convenio ha incumplido el trabajador fuera de su horario de trabajo, "una foto fija de los hechos y de lo que ha pasado", con todo lujo de detalles, para la posterior sentencia judicial.

Las formas y la carta de despido, importantes

Morcillo también considera que en determinadas circunstancias un despido por trabajar más a cambio de nada es procedente, siempre y cuando la justificación de la empresa sea nítida.

La cuestión, ahora, es lógica: ¿qué tiene que hacer un trabajador cuando su empresa le presiona con una mayor e irreal productividad? ¿Hacer horas extra de incógnito para llegar a los objetivos marcados o quedar por debajo de los límites de productividad decretados por su empleador y exponerse a un despido o a la pérdida de beneficios laborales? La recomendación de CCOO es clara, según Trujillo: no hacer horas de más bajo ningún concepto.

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Da igual lo que suceda: no trabajes más de lo que dice tu contrato. (chuttersnap/Unsplash)

La lógica es esencialmente sindical: arriesgar que los trabajadores queden por debajo de los objetivos por productividad y presionar a la empresa para que reduzca esos objetivos. Y ante todo, proteger el derecho del empleado... A no trabajar más de la cuenta. A cambio de nada.

En última instancia, cabe remitirse al estatuto de los trabajadores. En concreto, a su artículo 34, donde se regula la duración de la jornada laboral. Es claro en su punto dos: las horas extras e irregulares deberán regularse por convenio colectivo y con los trabajadores y sindicatos, y deberán ser abonadas irremediablemente al cabo de doce meses en caso de que no estén pagadas. No da pie a actividades laborales fuera del marco regulado, es decir, gratuitas y voluntarias.

El desarrollo del texto, pese a ser general, es útil para observar en qué medida trabajar más de la cuenta para cumplir X requisitos de productividad se salta hasta el propio estatuto. Por ejemplo, en los tiempos de descanso, determinados con claridad en el desarrollo orgánico de la ley, o en las horas mínimas que un trabajador tiene que pasar lejos de su puesto antes de volver a iniciar su jornada: doce.

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Es habitual que la presión por una mayor productividad lleve a muchos trabajadores de supermercados a hacer horas extras gratis. (Waterpoint/Wikipedia)

De la sancionabilidad de las horas irregulares y gratuitas para la empresa hay poca duda, especialmente si está regulado bajo el convenio de la empresa. Ahora bien, el grado de contundencia del empleador puede variar. En el caso de Lidl, según explica Trujillo, es una falta "muy grave", para la que no hacen falta "avisos previos", como recuerda la abogada Morcillo en relación al extendido mito de las "tres faltas previas" antes del despido definitivo. En otros convenios, el grado de las faltas disciplinarias (leves, graves o muy graves) varía, y con ellas sus consecuencias.

En resumen y al margen del caso particular del gerente de Lidl, sí, te pueden despedir por trabajar gratis para tu propia empresa. Y pese a que suene surrealista a priori, la lógica es indudable: tu derecho al descanso, a tus horas remuneradas y a tus debidas garantías laborales no son optativas. Son obligatorias. Y su incumplimiento puede derivar en un más que legal despido.

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