Bayona ya tenía todas las claves de su salto a Hollywood cuando dirigió a Camela (y tenemos las pruebas)

Bayona ya tenía todas las claves de su salto a Hollywood cuando dirigió a Camela (y tenemos las pruebas)
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Podemos decirlo ya: J. A Bayona es el Spielberg español. Después de arrasar por tercera vez consecutiva en los Premios Goya como lo ha hecho este fin de semana con Un Monstruo viene a verme, después de destrozar otro récord histórico para la taquilla nacional... no podemos seguir eludiendo que estamos ante uno de los cineastas más importantes de la historia de nuestro cine.

Pero, aunque el público mayoritario empezara a seguirle la pista con Lo Imposible (o los más cinéfilos antes aún con El Orfanato), en realidad el barcelonés ya destacaba con naturalidad mucho antes. Aunque no lo supiéramos hasta ahora, este joven realizador estaba dejando su impronta en varios de los vídeos musicales más importantes de la esfera 40 Principales, y en ellos se erigía como firme candidato a convertirse en futuro director hollywoodiense. Esto último ya lo ha conseguido: tiene entre manos la dirección de Jurassic World 2.

Hemos querido hacer justicia a su pasado fílmico, así que aquí te mostramos cómo Bayona ya era Bayona cuando filmaba videoclips de Camela.

Primera etapa: el Bayona de OBK

Es muy posible que de OBK Bayona aprendiera el ritmo. El grupo de electropop catalán fue el primero en confiar en este joven director, y por eso filmaron con él hasta trece de sus videos musicales.

Uno de los primeros de esta etapa inicial, Tú Sigue Así, mostraba una historia sobre la vida nocturna de un joven adicto a la adrenalina, un pequeño cuento pequeño cuento tan tétrico como atractivo. Drogas, vídeos dentro de vídeos, decadencia… ¿Una referencia explícita a Zulueta?

Nótese su habilidad para pensar en imágenes y en planos sorprendentes desde los inicios. Aquí una idea claramente influenciada por la escena del espejo de Contact, de Robert Zemeckis.

Jordi Sánchez y Miguel Arjona apostaron musicalmente en Falsa Moral por una balada más melancólica. Aquí vemos surgir uno de los pilares más importantes del cine de Bayona: la obsesión por pulsar los interruptores emotivos al estilo del cine ochentero hollywoodiense.

Por cierto, Bayona quiso con esta historia sobre un amor prohibido entre alumno y profesora hacer un tributo a Cuentos Asombrosos, una serie de televisión dirigida en los años 80 por el mismísimo Spielberg. La sobriedad, los tonos sepias, los planos recursos-detalle. Suben los violines y el director hace zoom al rostro de dos ancianitos… No, yo tampoco pensaba soltar hoy la lágrima con una canción de OBK. El embrión de la llorera de Lo Imposible ya estaba ahí.

Durante la etapa OBK Bayona ya empieza a experimentar con diferentes tonos y texturas, creando secuencias abstractas mediante las que transmitir mensajes algo más ambiciosos. Sí, ahí sale Superman, pero no pierdas detalle de esos murales de Jordi Lavanda.

Como ves, en Quiéreme Otra Vez Bayona juega claramente con las referencias pop y la erótica que la misma nos provoca para visualizar esta canción sobre el placer negado.

Un ejemplo más de su protovisión como cineasta: en Sin Rencor vemos una Barcelona postapocalíptica en la que un grupo de dirigibles sobrevuelan la ciudad. De uno de ellos baja una familia nuclear popularizada en los años sesenta, como si hubieran viajado desde el pasado, y que se carga a tiros a los miembros del grupo. Esto es una crítica sobre los reacios a las uniones homosexuales. Sí, Bayona ya estaba curtiendo su talento para la metáfora visual sobre las grandes cuestiones humanistas. Está ahí el cine "con mensaje".

Segunda etapa: la huella de Camela

Aunque si alguien logró empujar su carrera en este período inicial fue Camela. Y así lo afirma él mismo en las entrevistas. J. A. Bayona ha trabajado extensamente con el grupo de electro-rumba más famoso de España, y si tanto gusta Camela entre uno y otro lago del debate sobre el gusto popular, es en buena parte por el nivel que alcanza su proyecto musical gracias a los videoclips que hicieron con el director.

El mismo estilo surrealista, aunque con mayores recursos, puede apreciarse en El calor de mi Cuerpo.

Aquí Dionisio y María de los Ángeles viven en un mundo hippie e infantil que simboliza la esperanza en el amor que está por revivir, tal y como explica la letra de la canción. ¿Será ese acercamiento al universo infantil una señal de lo mucho que le interesará después tratar el tema del cuento como narrativa de cohesión social en Un Monstruo vino a Verme?

Atención a este fragmento: no por nada es un confeso amante del cine de Terence Malick.

Aunque, desde luego, si ya hay una joya de la corona en su carrera como realizador de videoclips es Cuando Zarpa el Amor, la gran epopeya épica en clave western del grupo rumbero. Referencias a Leone aparte, en este vídeo ya se percibe la clara capacidad de Bayona para pensar en imágenes, probablemente desde el storytelling. Una economía de la narración visual digna de Will Eisner.

No podemos decir que Camela sea precisamente el mejor tándem de actores de la historia, pero el retrato de la infancia que hace con los dos jóvenes actores del corto musicado ya demuestras también su talento para la dirección de los más pequeños.

Pero más importante aún. En este vídeo ya se ve lo bien que el Bayona guionista se maneja con los clímax, el punto fuerte gracias al que ha logrado dejar a más personas conmovidas en las butacas que ningún otro director español reciente. Si ese duelo final entre vaqueros estuviera protagonizado por Clint Eastwood nadie se habría permitido mirar de manera irónica ese video.

Última etapa: el Bayona exitoso e internacional

De ahí vinieron después Pastora Soler, Fangoria o Nena Daconte. Después Keane, con quien le vimos trabajar muy cómodo en un contexto internacional, otro de los sellos de Bayona.

Es evidente que Disconnected le sirvió a Bayona como campo de pruebas de los altos valores de producción. De hacer un par de trucos digitales que luego tendría que aplicar en Lo Imposible.

Y ya en esta pequeña pieza de 2012 dejaba claro no sólo estar a favor del CGI, sino de querer tirar de este recurso en sus películas. Cuidándose eso sí de no causar aberraciones estéticas, intentando aplicar sólo la cantidad justa para que los espectadores crean en lo fantástico, tal y como ha logrado con ese último monstruo que ha arrasado este año en taquilla.

En conclusión, J.A. Bayona siempre fue un gran realizador y su personalidad creativa estuvo presente desde el primer minuto en cada una de sus obras. El caso de Bayona-Camela o Bayona-OBK nos funciona perfectamente como demostración de que la genialidad creativa a veces está donde no creemos que debamos buscarla.

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