Los científicos ya investigan una solución al cambio climático y a las hambrunas: comernos el plástico

Plástico
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La población mundial crece desmesuradamente. Y el hambre con ella. Según la ONU, 690 millones de personas (el 8,9% de la población mundial), pasan hambre. Primero, por la pobreza y segundo, por una amenaza constante: el cambio climático. Se espera que el número aumente en 10 millones de personas en un año y 60 millones en cinco. Paralelamente, está el problema del plástico: hay demasiado. De los 6.300 millones de toneladas que se fabrican cada año, el 79% se acumula en los vertederos. Y no desaparece pronto, algunos incluso tardan cientos de años.

Un remedio a ambos problemas verá la luz pronto: comida hecha con plástico. Y sí, podría ser la solución a nuestros males.

El proyecto. Reutilización Biológica de Plástico por BioPROTEIN, es el nombre que ha recibido el proyecto. Se trata de una cooperación conjunta DARPA junto a biólogos, ingenieros y químicos de Michigan Tech. Si bien todavía es un trabajo muy nuevo, el equipo del biólogo Stephen Techtmann ha logrado crear pequeñas cantidades de esta proteína en polvo que dicen huele bastante a levadura. La idea es básicamente  que los humanos puedan alimentarse de este producto algún día no muy lejano.

Todo surge de la evidencia científica de que una gran cantidad de bacterias en la naturaleza son capaces de limpiar derrames de petróleo. Esto hizo a los investigadores preguntarse si estos microorganismos podrían saciar su apetito también con el plástico. O mejor: transformar el plástico en comida. De esta manera, los humanos no comerían plástico directamente, sino las células producidas cuando las bacterias se alimentan de él.

Michigan Tech Laboratory.
Michigan Tech Laboratory.

Cómo funciona. El proceso es bastante simple: el plástico, como el PE, el polipropileno y el tereftalato de polietileno, que se usa en botellas se trata químicamente durante un par de horas en un reactor. Este proceso convierte el plástico en un lodo aceitoso, lo que permite que las bacterias metabolicen el material más rápido, en cuestión de días en lugar de años. Una vez que se ha consumido todo el lodo plástico, las bacterias se envían al matadero microbiano, por así decirlo.

Tal y como comentaba Techtmann en este artículo de Vice, desde un nivel molecular, los componentes de las bacterias son muy similares a los alimentos que ya comemos. "Hay mucha proteína en ellos: tienen lípidos, grasas y vitaminas. El producto que estamos produciendo es muy parecido a una proteína en polvo que ya ha sido procesada".

Posibles usos. A medida que la escasez de alimentos crece, esta solución podría ayudar con los problemas del hambre y los desechos plásticos. "Nuestra gran visión es desarrollar algo que sea relativamente pequeño y que podría colocarse en un maletero y luego, básicamente, alimentarte a ti mismo sin requerir una gran cantidad de energía", explicaban los investigadores. La ventaja es que no es algo que necesitaría una instalación industrial grande para hacer las conversiones. Si todo sale bien, se convertiría en una fuente potencial de alimentos sostenibles, similar a la tendencia actual como las proteínas libres de animales.

Problemas. Eso sí, al proyecto no le faltan obstáculos, tanto en términos de escala como de reciclabilidad. Solo el 9% de los desechos plásticos se recicla. Mucho de eso tiene que ver con lo costoso que es el proceso. Y el valor del plástico también se degrada con el tiempo con cada reutilización: hacer plástico nuevo es barato. Además, el tratamiento químico consume mucha energía, por lo que los científicos están buscando formas alternativas, usandopaneles solares conectados a los lados de un dispositivo todo en uno. Por otro lado, otro desafío es garantizar que el producto sea seguro para el consumo alimentario y demostrárselo a las reguladoras.

Imagen: Unsplash | Michigan Tech

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