En Corea del Sur han empezado a hacer funerales para los vivos para entender mejor de qué va la muerte

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El centro de sanación Hyowon, una empresa coreana, se ha decidido a materializar un negocio basado en recrear el famoso cuento del Fantasma de las Navidades Pasadas de Charles Dickens con una novedad: ahora el protagonista eres tú.

Cómo funciona la morterapia: acudes a sus instalaciones; sonríes para el cuidado retrato en un bonito marco que se enseñará durante tu misa funeraria; redactas tu testamento, decidiendo con cuidado cuáles serán tus últimas palabras a tus seres queridos y qué será de tus objetos con valor sentimental; por último, te introduces en una caja de pino donde un señor dará golpes por fuera a los ficticios clavos que cerrarán el ataúd y permanecerás tumbado durante 10 minutos, sólo el comienzo del resto de tu muerte.

Una nueva oportunidad: según cuenta Reuters, 25.000 personas han pasado hasta ahora por este proceso de sanación personal. Sus responsables explican que optan por apuntarse personas de muy diversa índole, como por ejemplo ancianos que quieren conectar sus sentimientos con lo que les ocurrirá dentro de no muchos años, pero especialmente numeroso es el grupo de potenciales suicidas, algunos de ellos especialmente jóvenes.

Al finalizar el acto es normal encontrarse con decenas de rostros llorosos. Una cosa es pensar en quitarse la vida y otra pasar por lo que ocurrirá después, aunque sea en una simulación tramposa. “Quiero decirle a la gente que son importantes. Que alguien se sentirá mal cuando se vayan”, cuenta un hombre joven notablemente afectado.

Hazlo, no lo intentes: según estadísticas recuentes, el ratio de suicidios del país está en 28.3 por cada 100.000 habitantes. Es más del doble de la media mundial, 10.53, según la OMS. Los suicidios son también la primera causa de muerte entre los jóvenes del país desde hace más de una década. También es el único país del mundo que ha logrado en 60 años pasar de una economía equiparable a la de las zonas más pobres de África a ser uno de los más ricos del mundo, hecho que culturalmente se ha achacado al sobreesfuerzo laboral de su población en ese tiempo. De ahí que, si no estás completamente comprometido en lo académico y lo laboral, se considere que estás fracasando y ralentizando a los demás.

Memento mori: Los asistentes al centro se dan cuenta, entonces, de lo estériles que son muchas de sus ansiedades cotidianas, como sacar mejores notas u obtener ascensos, cuando podrían buscar la felicidad y estar en paz con los demás. Como contó Cho Jae-hee, un anciano de 75 años, “en el momento en el que eres consciente de la muerte y la experimentas empiezas a adoptar una nueva forma de ver la vida”. 

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