Enhorabuena: la ciencia confirma que nadie es normal

Enhorabuena: la ciencia confirma que nadie es normal
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Un nuevo estudio publicado en la revista Trends in Cognitive Science echa por tierra el mito de la normalidad, tanto en el caso de las personas como en el de los animales. "El mito de la optimalidad en la neurociencia clínica" de Avram Holmes y Lauren Patrick, del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale, se vale de años de estudios de la evolución para mostrar que la uniformidad en nuestros cerebros es una condición totalmente anormal. Durante estos 3.5 billones de años en los que llevamos dando guerra, la variación y el cambio es el rasgo más común tanto en criaturas como en hábitats. Resumiendo: que lo único que todos los seres compartimos es nuestro constante proceso de cambio.

¿Para qué sirve saber esto? Para repensar nuestra manera de entender qué es una enfermedad mental. Para poner en jaque la categorización binaria (saludable-no saludable) que practican los psiquiatras a la hora de evaluar a los pacientes. Holmes y Patrick proponen que no veamos cada rasgo psíquico como una condición absolutamente perniciosa o beneficiosa, sino que, dependiendo de nuestro contexto interior, cada característica puede balancear o desequilibrar nuestras vidas.

Como por ejemplo: variaciones en esas regiones del cerebro que controlan nuestra inhibición pueden conllevar comportamientos compulsivos (adicciones, hipersexualidad, abusos) o una búsqueda constante de sensaciones nuevas; pero esas mismas variaciones pueden manifestarse en forma de motivación para hacer más ejercicio físico o en un mayor grado de éxito social o reproductivo. Todo depende de a quién y cómo se le presente esa variación. La ansiedad es algo que para la mayoría sirve como impedimento para hacer una vida social mejor, pero para otros es un empuje en su motivación para mejorar en su trabajo.

De acuerdo, una condición o comportamiento no es ni bueno ni malo per sé, apropiado o inapropiado. ¿Cómo, entonces, distinguimos qué es lo normal? Para nosotros la normalidad es el promedio, lo que aparece con mayor frecuencia, y está relacionado con la idea de adaptación social. Este es uno de los criterios que se utilizan para delimitar la normalidad tanto a nivel social como psicológico.

Por una cuestión de supervivencia, la sociedad estigmatiza lo que se sale de la norma. Por miedo al cambio y también por miedo a que sea una amenaza. Pero las especies necesitan una variedad de opciones para permitir la adaptabilidad de la especie a nuevos entornos. Desde un punto de vista biológico, puede que esa persona que parece un absoluto loco permita el día de mañana la supervivencia de la raza humana.

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