Con sus nuevos precios, Twitch ha cabreado a streamers de todo el mundo. Y algunos ya están haciendo huelga

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Hasta hace poco, los precios de las suscripciones a Twitch, así como los mismos pagos a los partners, estaban supeditados a los precios de Estados Unidos. El sistema no estaba lo suficientemente adaptado a las particularidades económicas de cada región donde la plataforma de Amazon da servicio, y eso suscitaba grandes desigualdades que impedían el crecimiento de suscriptores en algunos mercados, especialmente en Latinoamérica. En mayo, Twitch dijo que cambiaría esto, y ha ido haciendo efectivos estos cambios este mes.

El mazazo español… y brasileño. En España, los precios de las suscripciones han pasado de valer 4,99 euros a valer 3,99. El cobro de los streamers ha ido en proporción, y eso significa una cosa: que sus ingresos de julio a agosto a través de los subs van a pasar a valer un 20% menos, lo que ha llevado a muchos a poner el grito en el cielo. En Brasil, el precio de las suscripciones ha pasado de 22,99 reales (el equivalente a 3,64 euros) a 7,90 reales (1,25 euros) con cada uno de ellos. Es decir, el coste se reduce a un tercio. Y claro, según los cálculos realizados por los streamers, ellos han pasado de llevarse 1,21 euros por sub a 40 céntimos.

Compensación momentánea. En previsión de las esperables quejas de miles de usuarios de la plataforma en todo el mundo, Twitch anunció un paquete de compensación temporal para mitigar los efectos negativos. Promediarán las ganancias de cada streamer en los tres meses anteriores y compensará a los que pierdan ingresos durante un período de un año, a razón de un 100% de las pérdidas durante ese primer trimestre de transición, el 75% el segundo, 50% para el tercero y el 25% para el cuarto.

La desigualdad mundial. Hay muchos factores a tener en cuenta las posibilidades de subsistencia de un streamer. Llegar al público angloparlante, como sabemos, es una de las vías más notables por la cantidad de público a la que puedes aspirar. Pero, con todo y con eso, el país en el que resides también influye en tus finanzas. Tanto en Twitch como en YouTube, un creador brasileño cobra un 30% menos que uno idéntico que sea de Estados Unidos y eso aun teniendo en cuenta las diferencias de costo de vida.

Por supuesto, las suscripciones no son la única vía de ingresos de estos hombres y mujeres del entretenimiento. Como bien ha querido recordar Twitch, también se llevan donaciones esporádicas de los seguidores más generosos y sacan dinero indirecto a través de la republicación en plataformas tipo YouTube y con las colaboraciones publicitarias. Pero, con todo y con eso, es un golpe muy duro, lo que nos lleva a…

La huelga. O #apagaotwitch, como han compartido en redes sociales. A raíz de todo esto ha surgido en Brasil un movimiento de protesta por el que ayer lunes 23 de agosto los creadores que han querido mostrar su rechazo se han mantenido desconectados, sin generar contenido para el emporio de Bezos. Aunque, de hecho, ya existe allí un Sindicato de Streamers, no han sido ellos los que lo han organizado, sino que ha sido una acción descabezada, sin líderes claros.

¿Y qué tal ha funcionado? No hay cifras sólidas al respecto. Las redes brasileñas están llenas de capturas de imagen que muestran a muchos streamers retransmitiendo el mentado día.

Con esto de las huelgas de creadores, ¿estamos hablando de una tontería? Puede que no tanto. En esencia, y con los cambios que han supuesto las nuevas empresas tech, los trabajadores digitales dependientes de grandes plataformas son un nuevo agente en lucha en el que el nuevo patrón lo representan compañías como Twitch o Uber. Como bien explicaron los ideólogos de TikTok, sin grandes creadores no tienes una plataforma que interese (de ahí que ahora anden robándose a los influencers los unos a los otros), y al final estas mismas redes fomenta que un porcentaje de sus usuarios pase muchas horas volcado en generar contenido en su plataforma (el twicher medio retransmite de 3 a 4 horas por sesión entre tres y cinco días a la semana). Lo que sucede es que, al ser un universo tan desregulado y una masa de creadores tan poco cohesionada, es fácil que los empresarios dicten las condiciones sin impugnación.

Tampoco ha sido este el primer ejemplo de “huelga de creadores”, sino que es algo de lo que cada vez se está hablando más. Por una serie de agravios, “Black TikTok” también entró en huelga de contenido en junio de este año, y los streamers estadounidenses de Twitch están en este preciso instante fomentando un apagón pidiendo mejoras en la moderación y el control del acoso. Al anunciar que abandonaba Snapchat, Kylie Jenner provocó una pérdida de valor de la plataforma equivalente a 1.300 millones de dólares, y se consideró según los analistas un movimiento que puso en riesgo la viabilidad del proyecto a largo plazo.

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