"El día que mataron a mi padre yo tenía un examen de Física"

"El día que mataron a mi padre yo tenía un examen de Física"
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El 21 de junio de 1993 tuvo lugar un atentado de ETA en Madrid que causó siete muertos. Uno de ellos fue el teniente coronel Juan Romero Álvarez. Su hijo Pablo, hoy periodista, tenía diecisiete años. Fue el último familiar en verlo con vida y el último en enterarse de la tragedia. Ahora estrena un podcast de Cuonda en el que cuenta un viaje que empezó en 2013: 'Las tres muertes de mi padre'.

En junio de aquel año cayó en la cuenta de que aquel atentado estaba a apenas unos días de cumplir su vigésimo aniversario. O lo que es lo mismo: de prescribir. Como dijo Pablo, "los siete hombres que murieron entre hierros y llamas volverían a morir".

"Uno de los elementos más duros de la investigación es la incertidumbre: te pasas meses y meses esperando una respuesta que a veces no llega"

Ahí empezó una carrera contra el tiempo de cara a conseguir cualquier pista que pudiese lograr posponer la prescripción. Pablo, con la ayuda del juez Grande-Marlaska, pudo acceder al sumario del caso: ocho tomos, más de 1.400 folios y varios anexos que estudiar a contrarreloj en busca de cualquier pista que obrase el milagro.

En el folio 825 encontró una posibilidad: una referencia a 'Gorosti', un alias de la banda que en el momento de los interrogatorios no se tenía fichado pero que años después sí. Con el rastro de ese surco logró que se solicitase la toma de declaración como imputado a este etarra. Y con ello, evitaba la prescripción.

Imagen: la Sexta.
Imagen: la Sexta.

"Hace cinco años no imaginé que acabaría investigando esto", nos cuenta Pablo. "No tenía ni idea de cómo funcionaba un caso en la audiencia, no sabía que sería tan complejo. ¿Cómo investigas un caso de veinte años atrás?". Nos explica las dificultades que atravesó: personas ilocalizables, otras que no querían hablar, otras que ya habían fallecido... "Incluso hablé con etarras, pero ellos no te cuentan nada por lo que no hayan sido condenados".

El guión, realizado por el propio Pablo, llevó seis meses. "Guionizar cinco años ha sido lo más difícil del podcast".

Los años posteriores son los de la continuación de la investigación de Pablo por su cuenta, los cuales narró en la serie 'Mi lucha contra ETA' en El Español a lo largo de siete partes y un anexo. Ahí se encontró con "fuentes rarísimas, como alguien que lee la historia, consigue hablar contigo, te cuenta algo que sabe, y a partir de ahí empiezas a tirar del hilo".

Hay un matiz sobre el que Pablo insiste: "No es una investigación periodística, es una investigación judicial". Hace una pausa y sigue con voz vitriólica: "Una investigación así es una carga enorme. Lo he pagado con mi salud en algún momento de estos cinco años. El desgaste es muy intenso. Físico, emocional y económico. Tú tienes tu propio trabajo, en el que ganas dinero, y luego este otro trabajo, una investigación así, que te cuesta dinero".

"Entiendo perfectamente que quien ha pasado por algo así no quiera investigar"

Durante los veinte años que pasaron desde el atentado hasta que Pablo, ya cerca de los cuarenta, publicó 'El folio 825' en El Mundo, no dijo nada de aquella tragedia personal a nadie de su nuevo entorno, el que comenzó a sembrar cuando meses después se marchó a estudiar Periodismo.

"No quería vivir con ese estigma, ni causar lástima en la gente, ni que me consideraran víctima. Yo no soy 'víctima', soy muchas cosas. Comprendo a la gente que con algo así no mueva nada, uno tiene que vivir. No puedes hipotecar tu vida echando un pulso contra el mundo, haciendo el trabajo que policía, o guardias civiles o juzgados no han hecho. Y se tienen que dar muchos factores para que investigues, como saber por dónde empezar o que te nazca ese impulso".

El podcast, que acabará tras el quinto episodio el día del 25º aniversario del atentado, empieza con su madre recordando lo que ocurrió aquel día. Cuenta lo que no se solía contar sobre lo que pasaba con las víctimas de los atentados: ¿qué dice la gente cercana? ¿Cómo se vive un funeral de Estado? ¿Cómo es el día a día para alguien que se encuentra la foto de su padre calcinado en el periódico?

Pablo considera que su trabajo con la investigación ya ha terminado, y ahora queda en manos de jueces y fiscales

"Hace unos meses conseguí lo que me había propuesto: las pistas que obtuve fueron incorporadas al sumario. Y ahí acaba mi papel. Jueces, fiscales, etc. tienen que hacer su trabajo, el mío ya sé que está hecho". Ahora lo cuenta en este podcast porque quiere que se conozca el resultado, que va mucho más allá del asesinato de su padre: "No solo es un atentado, es un ejemplo de lo que pasa sistémicamente en este país".

Para Pablo, esto es una especie de final de una etapa. Al menos de la investigación que ha llevado por su cuenta, ya que el sumario sigue abierto. Salvo que se dé un golpe de suerte y aparezcan nuevas pistas, cree que lo nuclear ya está incorporado y demostrado. Y en eso se basa el título del podcast: "Cuento por qué alguien asesinado muere tres veces, al menos en este país. Primero es la muerte física, luego por la prescripción, y finalmente por la desidia, la forma de ignorar casos que llevan años sin resolverse. Esa es la tercera. Ya evité la segunda muerte de mi padre, a ver si también puedo evitar la tercera".

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