Liz Truss ha dimitido. Si el nombre no acaba de decirles nada, no se preocupen: entra dentro de lo razonable. La recién dimitida primera ministra del Reino Unido pasará a la historia como la inquilina que menos tiempo ha pasado en el número 10 de Downing Street. Tan poco tiempo, de hecho, que el artículo de la wikipedia sobre "la crisis del gobierno británico de 2022" ya necesita una página de desambiguación. Y lo mejor es que eso ni siquiera es lo más surrealista.
La primera ministra menos valorada de la historia. Truss llevaba 44 días en el cargo y, pese a al poco tiempo, se las ha apañado para poner en marcha un ambicioso plan económico que fue el hazmerreír de los mercados financieros y hundió la credibilidad del ejecutivo. Como resultas de esta crisis, los últimos sondeos le dan el índice de aprobación más bajo de cualquier primer ministro del Reino Unido desde que se realizan este tipo de encuestas.
Hay que recordar que su antecesor, Boris Johnson tuvo que dimitir en mitad del llamado 'partygate': la revelación de que, en medio de la pandemia, con todo el país encerrado en casa y la Reina Isabel asistiendo sola al entierro de su marido, se celebraban fiestas en la sede del gobierno. Pues bien, Johnson nunca llegó a tener un índice de aprobación tan malo.
Revuelta entre los Conservadores. Otra vez. En teoría, Truss podía estar tranquila. El reglamento del Partido Conservador le aseguraba un año de margen durante el cual no podía ser destituida del cargo por sus compañeros. No obstante, con los laboristas y los nacionalistas escoceses pidiendo un adelanto electoral, los diputados tories han empezado a ponerse nerviosos.
No es para menos, los sondeos sitúan a los conservadores hasta 30 puntos por detrás de los laboristas. Algo que, en un sistema mayoritario como el británico, parece garantía segura de un descalabro electoral. Pasarían de una mayoría absoluta histórica a una situación muy complicada; lejos, en todo caso, del poder. Y sin candidato, claro. Porque Truss (con su popularidad por los suelos) está más que descartada.
merciless assessment by The Economist pic.twitter.com/RSSaKRkniE
— Jim Pickard (@PickardJE) October 12, 2022
Truss vs Lechuga Porque la precaria situación de Truss se ha vuelto insostenible y ha infectado todo. Al fin y al cabo, a Truss acaba de derrotarla una lechuga. Recogiendo el testigo del Economist, el 14 de octubre el Daily Star, uno de los tabloides británicos más combativos contra la primera ministra, lanzó una campaña en la que medía la resistencia de Liz Truss y una lechuga iceberg. El diario llegó incluso a colocar una webcam emitiendo las 24 horas el duelo y mostrando la lechuga junto a un retrato de la política británica. Hoy, la lechuga celebra su éxito. Efectivamente, ha durado más que ella y se ha convertido en todo un fenómeno viral.
Esa cosa impredecible llamada Reino Unido. Si algo parece claro a estas alturas de la historia es que si hubiera que nombrar a un nuevo caballero del Apocalipsis, el Brexit tendría muchas posibilidades. Este 2023, se va a cumplir una década desde que David Cameron anunciara que iba a convocar un referéndum para decidir la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Ha sido una década fatídica que ha cambiado completamente la imagen que la opinión pública tenía sobre el Reino Unido. Es más, ha cambiado la imagen que el Reino Unido tenía sobre sí mismo.
Apenas dos años después, sin aberlo, el mismo David Cameron definió a la perfección el 'momentum' : "Gran Bretaña tiene que hacer frente a una elección simple e inescapable: o la estabilidad o el caos". Eligieron el caos y, aún hoy, se están pagando las consecuencias.
