"Antes desconectabas al llegar a casa, ahora te acosan 24 horas": el bullying en la era de Instagram

Ciberacoso Instagram.
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Ninguna aplicación es más "necesaria" para la vida social de los adolescentes que Instagram. Mientras que los millennials confiaban en Facebook para conectar con amigos y expresarse de manera online en sus años de instituto, las redes de la generación Z existen casi por completo en la app de fotos. Según un estudio del Pew Research Center, el 72% de los adolescentes usa la plataforma. Permite a los adolescentes chatear, conocer gente nueva, compartir historias, crear vínculos y...acosar.

Cuando esas amistades fracasan, la aplicación puede convertirse en un portal de abuso y de odio. Y ser a veces cruel al no haber mucha escapatoria.

La denuncia. La extrabajadora de Facebook (que posee también Instagram y WhatsApp) Frances Haugen, ha testificado ante los miembros del subcomité para la Protección del Consumidor y la Seguridad de los Datos de EEUU para denunciar que el algoritmo de la red social es nocivo para los niños y adolescentes y que la tecnológica incide a sabiendas en esas prácticas lesivas con un único objetivo: hacer más dinero.

Haugen es la misma ingeniera que filtró a The Wall Street Journal información extraída de miles de documentos que revelaban las malas prácticas de la tecnológica, que, entre otras cosas, sabía que sus aplicaciones empujaban a las adolescentes hacia pensamientos suicidas y desórdenes alimenticios y no hizo nada por evitarlo.

Sin escapatoria. Es decir, Facebook sabe que, gracias a su herramienta, el acoso puede ser permanente. En el pasado, la gente podía volver a casa después de la escuela sin tener que lidiar con los abusones. Ahora, pueden ser intimidados en Instagram o enfrentar una presión masiva de sus compañeros de manera online. “El matón los sigue a casa. Lo último que ven antes de dormir son comentarios crueles. También lo primero que ven al levantarse. ¿Cómo creen que les afecta esto?", decía Haugen.

Una manera de explicar cómo Instagram extiende ese bullying fuera del ámbito escolar: "Antes podías desconectar al llegar a casa. Ahora te acosan 24 horas a través de una app".

Bullying en la plataforma. Según una encuesta reciente de Pew Research Center, el 59% de los adolescentes han sido acosados ​​online, y según una encuesta de Ditch the Label, más de uno de cada cinco de 12 a 20 años experimentan intimidación específicamente en Instagram. Los adolescentes siempre han sido crueles entre sí. Pero la app proporciona un conjunto de herramientas muy poderosas para hacerlo. La velocidad y el tamaño del sistema permiten que los comentarios abusivos o las imágenes de acoso se vuelvan virales en cuestión de horas.

Un testimonio publicado en este reportaje de The Atlantic helaba el cuerpo. Después de una pelea con alguien que pertenecía a su grupo de amigas, Yael, una joven de 15 años, explicó cómo una compañera recurrió a Instagram para acosarla día y noche. "Publicaba sobre mí constantemente en su cuenta, me mencionaba en sus historias y me enviaba mensajes una y otra vez durante semanas". Yael se sentía ansiosa incluso con solo tener su teléfono en el bolsillo, porque le recordaba el acoso.

Un círculo vicioso. Pero aún así, los jóvenes dudan en salir de la aplicación por completo. Sus amigos en Instagram sirven como fuente de apoyo. Además, dejarlo no evitaría que su torturador siga hablando de ellos. Y claro, prefieren saber lo que se dice. "Sabes que alguien está hablando de ti, está publicando sobre ti, está enviando mensajes sobre ti, te está acosando. Sabes que cada vez que abres la aplicación, estarán allí".

Muchos adolescentes incluso crean páginas de odio: cuentas de Instagram alternativas, diseñadas específicamente y dedicadas exclusivamente a destrozar a una persona, creadas por individuos o en grupo. Publican malas fotos de su objetivo, exponen sus secretos, publican capturas de pantalla de mensajes de texto y cualquier otra cosa terrible que puedan encontrar.

Qué hacer con el acosador: la respuesta de Instagram. No, bloquear a un acosador en las redes sociales no siempre pone fin al abuso online. Los adolescentes a menudo no bloquean a los acosadores en la plataforma por dos razones. Primero, bloquearlo, algo de lo que el acosador es consciente, en realidad puede agravar la situación y resultar en más abuso en la plataforma o en cualquier otro lugar. Y segundo: cuando bloqueas, te vuelves invisible, pero al mismo tiempo renuncias a tu capacidad de ver lo que está haciendo el acosador. Para contrarrestar el abuso, a menudo es necesario saber qué está sucediendo.

Es por eso que la app aplicó recientemente una función anti-bullying llamada Restrict, que te permite restringir las acciones de la persona. Una vez que haya restringido a un usuario, los comentarios sobre sus publicaciones de esa persona requieren su aprobación. Puedes ver el comentario y también el acosador, pero a menos que decidas publicarlo, nadie más puede hacerlo. Los mensajes se enviarán a una bandeja de entrada separada, y puede elegir si desea leerlos o no.

Tóxico para las jóvenes. Además, Facebook sabe que Instagram es tóxico para las adolescentes. Su propia investigación interna muestra un importante problema de salud mental en los adolescentes que la tecnológica minimiza en público. "El 32% de las adolescentes dijeron que cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentir peor", señalaron los investigadores. "Las comparaciones en Instagram pueden cambiar la forma en que las mujeres jóvenes se ven y se describen a sí mismas", explicaban.

“Hacemos que los problemas de imagen corporal empeoren en una de cada tres adolescentes. Y ellos mismos culpan a Instagram por los aumentos en la tasa de ansiedad y depresión”, resumía la investigación.

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