Cómo una enorme isla volcánica de piedra pómez puede ayudar a conservar el arrecife de coral

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Una pareja que navegaba por las islas Fiyi a principios de agosto se topó con una masa gigante de piedra pómez que les impedía la correcta circulación por el mar. Tras compartirlo en sus redes sociales han sido las imágenes tomadas por vía satélite las que han aportado más información sobre este fenómeno de la naturaleza que ya ocupa la superficie de 20.000 campos de fútbol.

150 kilómetros cuadrados. Este es el espacio total que la masa de piedra pómez ha invadido en el océano Pacífico. Tal y como puede observarse en este vídeo la sensación es cómo si una superficie entera del océano se hubiese transformado en tierra. Según las interpretaciones de los expertos que han tenido acceso a las imágenes del satélite, la "isla" actualmente se está desplazando desde Fiyi hacia Nueva Caledonia y Vanuatu. De hecho, de mantenerse la masa unida durante todo un año, expertos como Martin Jutzeler de la Universidad de Tasmania aseguran que podría llegar a Australia.

¿Cómo ha surgido? Según los científicos consultados por la BBC, estas balsas de piedra pómez son recurrentes en esta zona de la Polinesia. En este caso concreto creen que la formación de esta masa se debe a la actividad volcánica detectada bajo las aguas de la zona el pasado 7 de agosto. El profesor Scott Bryan de la Universidad de Queensland asegura que cada cinco años se ven procesos muy similares en la región.

Más de un trillón de pedazos. A pesar de que tanto investigadores como medios de comunicación se refieran a este hallazgo como una "isla", en realidad, se trata de un conjunto de miles de millones de piedras. El tamaño de éstas va desde las dimensiones de una canica hasta las de una pelota de baloncesto. Los más de un trillón de fragmentos a los que hacen referencia desde la Universidad de Queensland confirman la anécdota de la pareja que se quedó temporalmente atascada entre las rocas flotantes de Fiyi.

Nuevo hábitat. La masa de piedra pómez no es estática, sino que al flotar es desplazada por las diferentes corrientes marinas. Es precisamente esta variable la que ha llevado a los científicos a ser optimistas y pensar en ella cómo una opción para restaurar el ecosistema de los arrecifes de coral. 

En 2017, la gran barrera de coral australiana perdió el 67% de los corales ubicados en la parte norte del arrecife. Si la isla de piedra pómez es capaz de mantenerse unida y llegar a Australia podría aumentar la cantidad de algas en la zona, algo que es básico para que los corales recuperen su salud anterior. 

¿Qué esta matando la barrera de coral? La principal causa de que los arrecifes australianos estén en peligro recae en el blanqueamiento. Este proceso viene motivado por un ascenso de la temperatura de las aguas que, en 2017, llegó a situarse en 31º. Esto provoca que los corales expulsen algas simbióticas de sus tejidos, perdiendo su característico color y volviéndolos blancos. 

Los corales son muy sensibles a los cambios de temperatura y por eso tan solo un grado por encima de la temperatura media a la que están acostumbrados provoca esta situación. A pesar de que el coral puede aguantar décadas así, de no revertirse las condiciones ambientes simplemente termina por morir. De ahí que una nueva colonización de algas. 

Imagen: NASA/Twitter

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