De "hallyu" a "K-drama": la invasión cultural coreana ha llegado también a nuestros diccionarios

Blackpink.
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Durante las últimas dos décadas, Corea del Sur se ha vuelto un productor masivo de entretenimiento a todos los niveles. Desde el género musical K-Pop de BTS o Blackpink hasta la creación de series como El juego del calamar, la ficción que está arrasando en Netflix. Los coreanos usan el término hallyu para describir ese fenómeno, la "ola coreana" cultural que se ha extendido en Asia y ahora en gran parte del planeta.

Y tal está siendo el impacto, que esa y otras palabras coreanas se han agregado ya a los diccionarios ingleses. Ya forman parte de lo que somos.

Bienvenidas a Occidente. En total, el Oxford English Dictionary (OED) acaba de añadir a su última edición más de 20 nuevas palabras de origen coreano. El OED explicó básicamente que incluir tantas palabras era un reconocimiento del cambio en el idioma utilizado por los angloparlantes. El prefijo "K-" aparece de manera destacada, como era de esperar, ya que muchos extranjeros ahora escuchan K-pop, que se añadió al diccionario en 2016, ve K-dramas en televisión o usa productos de K-beauty.

Las nuevas palabras también incluyen hallyu, el original coreano para la ola de la cultura pop que ha convertido a BTS en una de las bandas más populares del mundo. "El aumento del interés internacional en Corea del Sur y su cultura popular, representado por el éxito mundial de la música, el cine, la televisión, la moda y la comida de Corea del Sur ”, dice el diccionario en su definición. También: "la cultura popular y el entretenimiento de Corea del Sur en sí. Con frecuencia como modificador, como en Hallyu Craze, Hallyu Fan, Hallyu Star".

Qué nos dejan. Como no podía ser de otra manera, la comida también es prominente en la nueva actualización, incluido el banchan, una pequeña guarnición de verduras que se sirve junto con arroz como parte de una comida típica coreana; bulgogi, que son rodajas finas de carne de res o cerdo marinadas y asadas a la parrilla; y dongchimi, un tipo de kimchi hecho con rábano y que normalmente también contiene repollo.

También se suman: Hanbok, el traje tradicional coreano que usan tanto hombres como mujeres; Aegyo, un tipo de ternura o encanto que se considera característicamente coreano; y mukbang, un video en el que una persona ingiere grandes cantidades de comida. No podía faltar el término K-drama, el género de televisión. Y la inclusión de skinship es más sorprendente: vínculo emocional que proviene del contacto físico cercano entre padres e hijos, amantes y amigos.

¿Por qué? "El éxito de las exportaciones coreanas como El Juego del Calamar o la ganadora de 4 Oscars, Parásitos, puede atribuirse a un mayor pensamiento global de los productores culturales”, explica la Dr. Hye-Kyung Lee del King's College London en este reportaje de la BBC. Cuenta que las personas del resto del mundo se identifican con los personajes de sus dramas, a pesar de la diferencia geográfica y de idioma.

De igual manera, sus productos presentan una crítica de la sociedad y las condiciones socioeconómicas, con las que la gente puede conectar. Y tampoco podemos olvidar que Corea del Sur en términos de tecnología y talento, están a la vanguardia y tienen una gran capacidad de producción.

El auge de la cultura coreana. En 2012, el Gangnam Style del rapero Psy arrasó en Occidente como nunca Corea del Sur había penetrado en nuestro mercado. Aquello sólo fue la chispa que prendió la mecha. Llegó a lo más alto de la lista de singles del Reino Unido. Parásitos, por otro lado, es la película de lengua no inglesa más taquillera de muchos países europeos. Y el grupo de pop BTS se convirtió en el primer conjunto coreano en lanzar un álbum que haya encabezado listas en todo el mundo.

El Juego del calamar está actualmente en camino de ser la serie más vista de Netflix y el 95% de su audiencia son de fuera de Corea del Sur. Como explican desde el OED, que hayamos adquirido sus palabras no es otra cosa que “la muestra de cómo los asiáticos en diferentes partes del continente inventan e intercambian palabras dentro de sus propios contextos locales, luego las presentan al resto del mundo, y eso permite que la ola coreana continúe ondeando en el mar de palabras extranjeras”. El hallyu ha llegado.

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