En realidad, la Renta siempre te sale a devolver: sólo el 10% más rico pone más de lo que recibe del Estado

Impuestos España-.
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Se acerca la campaña de la declaración de la Renta 2021 y es un buen momento para preguntarnos quién se hace cargo de la carga fiscal en España. La respuesta es probable que acabe con algunos tópicos instalados en el subconsciente colectivo. Un estudio de la Comisión Europea sostiene que son las rentas más elevadas (y no las medias) quienes pagan la cohesión social. Y no ligeramente. La carga del IRPF es significativa y se concentra en la parte alta de la distribución de la renta: el 10% con mayores recursos es quien corre a cargo de la integración económica.

Sí. En España, el 90% de la población recibe del estado más de lo que da. Sólo el 10% más rico aporta más de lo que recibe.

La redistribución a través del sistema de impuestos. La redistribución del Estado a través del sistema de impuestos y beneficios tiende a ir desde los hogares de ingresos altos hacia los de ingresos bajos y medios. Esto se puede ver en las transferencias netas (los beneficios sociales adquiridos menos los impuestos directos y la contribución a la seguridad social pagados). Estos beneficios tienden a ser positivos para los hogares de ingresos bajos y medianos y negativos para los hogares de ingresos altos.

Gráfico beneficios impuestos España. Los receptores netos y los contribuyentes netos del sistema de impuestos y prestaciones por deciles de ingresos para España.

En nuestro caso. En España, los hogares en los nueve deciles de ingresos más bajos son de media receptores netos del sistema de impuestos y beneficios, es decir, los beneficios sociales recibidos son mayores que los impuestos directos y las contribuciones a la seguridad social pagadas. Los hogares del percentil restante superior son netos contribuyentes, lo que implica que los pagos de impuestos superan los beneficios recibidos.

El IRPF. Los impuestos directos representan la herramienta más poderosa para reducir la desigualdad. Los impuestos directos tienden a ser redistributivos debido a su carácter progresivo, es decir, la carga fiscal aumenta con el aumento de la renta disponible. En igualdad de condiciones, un aumento del uno por ciento en los impuestos directos reduce la desigualdad de ingresos en alrededor de un 0,15%.

La desigualdad de la renta en España es elevada. La crisis produjo un empobrecimiento de los hogares con menos recursos. Ahora bien, una vez aplicada la progresividad del IRPF (hasta un 45% el tipo general), el resultado es muy distinto. La desigualdad de ingresos en España no es especialmente elevada. Es decir, hay una enorme brecha entre los salarios que pagan las empresas (las rentas primarias) y lo que finalmente ingresan los contribuyentes, incluyendo las transferencias sociales. La reducción de la desigualdad original se debe a la intervención de los poderes públicos mediante los instrumentos de progresividad fiscal.

En particular, el IRPF, cuya estructura impositiva hace pagar más a quien obtiene mayores rentas, oscila entre el 19% y 45%. En el lado contrario de la distribución de la renta está el 10% más rico, cuyo flujo de ingresos ha crecido en términos relativos. De hecho, la contribución del 10% más rico alcanzó el 48,09% de la recaudación del IRPF en los últimos años. O expresado de otra forma, mientras que las rentas bajas han perdido peso en el IRPF, los contribuyentes con rentas más elevadas lo han ganado.

La aportación del 10%. En concreto, el 10% más rico en términos de renta soporta el 47-50% de la carga tributaria en el impuesto sobre la renta, mientras que obtiene, por el contrario, el 25-26% de la renta antes de impuestos, según el estudio Funcas. El informe señala que más del 80% de la distribución global del impuesto sea aportado por este grupo social. Se destaca la escasa aportación que hacen las rentas procedentes de capital debido a que los tipos impositivos son escasamente progresivos, al contrario de lo que sucede en el caso de las rentas de trabajo.

En el lado contrario de la distribución de la renta está el 10% más rico, cuyo flujo de ingresos ha crecido en términos relativos. De hecho, la contribución del 10% más rico alcanzó el 48,09% de la recaudación del IRPF en los últimos años. O expresado de otra forma, mientras que las rentas bajas han perdido peso en el IRPF, los contribuyentes con rentas más elevadas lo han ganado.

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