Regular antes que prohibir: el camino blando de España y otros países frente a las loot boxes

Garzon Loot Boxes
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Desde que Alberto Garzón accediera al Ministerio de Consumo la regulación de la industria del juego se convirtió en una cuestión prioritaria para el gobierno. Más allá de las casas de apuestas, cuyas restricciones publicitarias no han ido tan lejos como cabría imaginar, Garzón puso su mirada sobre las "loot boxes", el sistema de recompensas monetarias transversal ya a la industria del videojuego. Hoy nuestros compañeros de Xataka le han entrevistado en profundidad al respecto.

Regular sí, prohibir no. Un aspecto importante desvelado por Garzón: el borrador sobre el que trabaja el ejecutivo se encaminaría hacia una "regulación" antes que hacia una "prohibición". Es un camino blando adoptado ya en materia de apuestas. En sus palabras:

Vamos a regular [las loot boxes]. Nosotros hemos identificado que lo que hay ahí en muchos casos es un modelo que incita a un consumo compulsivo que puede derivar en patologías importantes con el tiempo. Esto es lo que las investigaciones académicas también han reflejado en varios países de la Unión Europea (...) En varios países de la Unión Europea ya se ha avanzado bastante en la regulación. El modelo belga, por ejemplo, va a una prohibición y hay otros modelos que están también en proceso. Nosotros vamos a regularlas con un objetivo, que es proteger al menor.

Excepto a menores. Garzón se refiere al modelo belga, del que hablaremos más adelante, para contraponer la propuesta de su ministerio. Habrá una "regulación" para adultos si bien una "prohibición" para menores. Este es un punto importante, ya que articularía la legislación en dos niveles y en función de las franjas de edad. La preocupación por el impacto en menores, compartida por otros organismos y gobiernos y razonable en base a la evidencia científica, sí cristalizaría en una "prohibición".

De nuevo en sus palabras:

Nosotros vamos a regularlas con un objetivo, que es proteger al menor. De esa manera, también informar a los padres, porque muchas de estas cajas de recompensa se dan en videojuegos que pueden tener incluso una acreditación legal PEGI por debajo de 18 años, cuando lo que hay es como una especie de minijuego (...) Es muy complejo porque, y es algo que nosotros estamos en este momento valorando, cómo somos capaces de preservar que un mayor de edad tiene derecho a poder adquirir determinadas prestaciones del juego pagando, como lo haría en el modelo antiguo comprando ese videojuego, frente a la preservación de un menor.

Modulación. ¿A qué se debe este matiz? España perfila así un camino blando hacia la regulación de las loot boxes. Sólo tres países han experimentado con uno "duro", es decir, con una prohibición casi total al sistema de recompensas y premios económicos dentro de los juegos. Son tres: Bélgica, Países Bajos y Eslovaquia. Bélgica es el caso más paradigmático, citado por Garzón en varias ocasiones. Las loot boxes no están permitidas por ley al considerarse una forma de juego.

Para el resto de Europa, el celo surge la legislación vigente, bastante estrecha en su definición de "apuesta" o "juego". La Unión Europea se basa en el sistema PEGI para delimitar los contenidos abiertos al público generalistas y aquellos restringidos a determinadas franjas de edad. PEGI sólo considera "apuesta" a aquellos juegos de dinámica idéntica al azar tradicional (véase una ruleta virtual). Las loot boxes quedarían fuera de la definición, al funcionar como un sistema de recompensas más fino.

Los matices. Un ejemplo de la dificultad que reviste su regulación lo ofrece, precisamente, Países Bajos. Hace dos años la autoridad del juego analizó diez loot boxes distintas para determinar si cumplían con la normativa vigente. Seis lo hacían, cuatro no. Sólo aquellas donde los premios estaban determinados por puro azar "y pueden ser comerciados fuera del juego", es decir, tenían un valor de mercado en sí mismos, quedaban prohibidas. Todas las demás sí se ajustaban a la normativa.

Es decir, cuando existía un valor de mercado el riesgo de adicción se disparaba. Cuando no, no iba más allá del funcionamiento de un bingo. Y por tanto podía seguir operando con normalidad.

La industria. No se trata sólo de la diferente naturaleza de las cajas de recompensas ni de lo complejo de la regulación. También de la industria. Cuando el gobierno belga prohibió taxativamente la presencia de loot boxes en los videojuegos algunos desarrolladores desactivaron su funcionalidad dentro de sus fronteras. Pero otros se fueron. España quiere equilibrar la protección a la salud con el crecimiento de su industria, que ya factura en torno a los €1.000 millones anualmente. Y creciendo.

De nuevo Garzón:

Las cajas de recompensa es un fenómeno relativamente nuevo. Tiene que ver con los modelos de negocio, sobre todo de las grandes productoras. (...) Es perfectamente legítimo, pero, en este caso, hacemos referencia a un punto negro de ese modelo (...) Nosotros no queremos hacer no rentable el videojuego. Queremos que los videojuegos sean rentables, pero siempre preservando la salud pública.

A futuro. Prohibición a menores mediante, la vía blanda de España se explica desde estos parámetros. Lo que no significa que la tendencia de otros países a corto plazo sea más expeditiva. En Reino Unido varios parlamentarios ya exigieron el año pasado una prohibición similar a la de Bélgica por los efectos perniciosos en la salud de niños y adolescentes. Lo mismo ha sucedido en el Congreso estadounidense. Un postulado de máximos, de momento, descartado por el ministerio.

Imagen: GTRES

Newsletter de Xataka

Suscríbete a "Xatakaletter", una forma distinta de informarte cada semana de la actualidad tecnológica hecha con pasión por el equipo de Xataka.
Comentarios cerrados
Inicio