Una solución se impone en muchos colegios como forma de ahorro: la semana lectiva de cuatro días

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La semana escolar de cuatro días se está popularizando en decenas de países durante los últimos años. Al menos 1.600 colegios en 24 estados de EEUU ya la aplican y otros tantos en Europa experimentan con ella. En este modelo, los estudiantes tienen cuatro días algo más largos pero disponen de un día libre. Algo parecido a algunos programas de jornada laboral que hemos visto en Xataka. Si bien una semana más corta cambia por completo la idea tradicional sobre educación, lo que realmente la impulsa son las preocupaciones sobre el ahorro y no tanto el cómo mejorar el rendimiento.

La tendencia. Las escuelas estadounidenses han experimentado con la semana de cuatro días desde 1970, cuando los precios de la gasolina se dispararon y las autoridades buscaron ahorrar en transporte y energía. A raíz de la crisis financiera de 2008, otra ola de escuelas adoptó la práctica para hacer frente a la reducción de presupuestos. Ahora, con otra crisis energética en ciernes y falta de profesorado, la jornada escolar de cuatro días vuelve a ser una solución viable en todo el mundo.

No sólo EEUU ha experimentado con ella. En Europa, Francia ha hecho de los miércoles un día libre en multitud de colegios (ese era el día en el que la Iglesia impartía catequesis). En Alemania, uno de los Bundesländer, Sajonia-anhalt, llevará a cabo el próximo curso un experimento en 12 colegios de secundaria. Los viernes no abrirán sus puertas y sustituirán las clases por actividades online, prácticas en empresas y programación extraescolar ideada por cada profesor.

Días más largos, fines de semana también. El modelo que la mayoría de escuelas llevan a cabo consiste básicamente en reducir la semana escolar de lunes a jueves, dejando libre el viernes, y añadir 40 minutos lectivos a cada uno de esos cuatro días para compensar. Según encuestas recientes donde se les preguntó a estudiantes, padres y maestros, los comentarios son muy positivos. La asistencia ha aumentado y los padres y los estudiantes, si tenían la opción, dijeron que apoyarían el modelo de cuatro días, con el 69% y el 85% prefiriéndolo al de cinco días.

Algunos profesores explican en este artículo de The Guardian que pueden hacer más cosas, ya que los cortes en la enseñanza, como pasar lista y moverse entre aulas ya no suponen un problema. Explican que las clases más largas se destinan a los laboratorios, donde usualmente necesitan más tiempo. Por otro lado, tener un día libre les permite acudir a citas médicas o solucionar problemas personales.

¿Por qué? La mayoría de centros que adoptan la semana de cuatro días lo hacen para ahorrar dinero y mejorar las tasas de asistencia y la disponibilidad de profesores, según un estudio de 2021 realizado por Rand Corporation, que incluye datos de varios estados de EEUU. Sin embargo, los investigadores concluyen que los ahorros son mínimos, generalmente no más del 3% del presupuesto total, aunque algunos directores señalan que esa pequeña diferencia significa mucho.

El impacto académico. Sigue sin estar claro, en parte porque todavía es muy nuevo y ha habido una pandemia de por medio. Algunos investigadores han encontrado un beneficio académico a corto plazo, que podría deberse a que los profesores tienen más tiempo para formarse, asistir a talleres de desarrollo profesional y preparar las clases. Sin embargo, otros estudios sugieren una pérdida de aprendizaje ya que el rendimiento estudiantil en los colegios de cuatro días "no creció tan rápido" después de pasar al nuevo horario como lo hizo en los de cinco días.

Cómo usar ese quinto día. Al sistema educativo le han salido muchos críticos que argumentan que está mal preparado para los desafíos de la vida laboral actual y que carece de herramientas para formar a los alumnos en temas importantes como el manejo del dinero, cómo relacionarse profesionalmente o en destrezas digitales. Por eso, muchos creen que pueden sacar provecho de ese quinto día. De esta manera, algunos centros programan el día "libre" con actividades que realmente estimulen a los alumnos a emprender nuevas formas de aprendizaje menos tuteladas.

Sin embargo, tal y como señalaba el mismo estudio, el 80% de los estudiantes pasaron su "día libre" en casa y no aprovecharon mucho el tiempo. Y también cambió algunos patrones de sueño: los estudiantes informaron dormir más. Al menos, los estudiantes señalaron que se sentían mucho menos cansados ​​que sus contrapartes en los sistemas de cinco días.

Imagen: GTRES

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