Tinder ya planea incluir los antecedentes penales de los "matches". Y podría ser una mala idea

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Tinder, la app de citas más famosa del mundo, tiene una batalla pendiente en asuntos de seguridad. Con 66 millones de usuarios activos, la plataforma emprendió hace años  una batalla para acabar con los casos de violencia y maltrato, después de que algunas denuncias y malas experiencias de los usuarios se hicieran públicas. Cuando se trata de citas anónimas, no son pocas los que se aseguran de que cualquier quedada se lleve a cabo en un lugar público abarrotado y de que sus amigas sepan dónde están y qué hacer si no dan noticias antes de una hora determinada. Puede sonar un poco extremo, pero es la realidad.

Ahora, Tinder planea incluir la posibilidad de revisar los antecedentes delictivos y criminales de los matches. Y eso es un problema.

La iniciativa. Tinder está trabajando en una forma de habilitar en su aplicación lo que muchas personas hacen por su cuenta antes de salir con alguien: buscar detalles potencialmente preocupantes sobre su cita. Durante años, los usuarios, especialmente las mujeres, han ideado sus propias formas de filtrar sus matches. Hablan entre ellas y corren la voz sobre personas problemáticas. Algunas pagan por servicios de verificación de antecedentes, otras averiguan los nombres completos y los buscan en Google o Instagram.

Ahora, el objetivo de la app es básicamente poner esa información en manos de los usuarios antes de que tenga lugar una cita, en parte para abordar los problemas de seguridad que surgen en esas quedadas. La empresa Match Group, que incluye una cartera de aplicaciones como Tinder, OkCupid y Hinge, ya se ha aliado con una empresa de verificación de antecedentes sin fines de lucro llamada Garbo para integrarlas en la app.

El historial delictivo. La idea es centrarse específicamente en proteger a los usuarios de delitos violentos, acecho y acoso. De momento, la compañía ha avisado de que la posesión de drogas y las infracciones de tráfico no se incluirán, pero sí delitos como conducir ebrio o el homicidio en la carretera. El equipo todavía está deliberando sobre la inclusión de la prostitución y la solicitación, delitos por los cuales las personas transgénero podrían tener mayor riesgo de ser atacadas y arrestadas. De hecho, la app no quiere que Garbo se concentre únicamente en lo que ella llama "violencia de persona a persona".

“La violencia contra el Estado y la violencia contra la propiedad también se asocian con la violencia de género. Por eso, no podemos simplemente eliminarlos por completo ", expresaba una portavoz de la aplicación de citas.

¿Cómo? Las intenciones de la compañía son serias. Hace un año, Match Group contrató a Tracey Breeden, ex oficial de policía y jefa de Operaciones de Seguridad de la Mujer y Violencia de Género en Uber, para desarrollar más funciones de seguridad. El resultado fue invertir en Garbo para lanzar el producto en Tinder a finales de este año. La herramienta es capaz de desarrollar una verificación de antecedentes en tan solo dos minutos que muestre la información a los usuarios sin llegar a compartir direcciones domiciliarias, direcciones de correo electrónico o números de teléfono. Eso sí, las verificaciones de antecedentes de Tinder no serán gratuitas, aunque Tinder ya ha avisado que le pondrá un precio accesible para la mayoría de los usuarios a la nueva modalidad.

Un castigo de por vida.  Si bien la gente merece saber si está quedando con un individuo potencialmente violento, los críticos argumentan que la nueva integración podría incluir verificaciones de antecedentes falsas o erróneas sin necesariamente hacer que las aplicaciones de citas sean más seguras. También está en el aire cuánto tiempo atrás se podrán buscar las verificaciones y esto es una fuente de preocupación para los detractores de la iniciativa, que opinan que usar antecedentes penales contra personas que han cumplido su condena es otra forma de "castigo de por vida". Es decir, una manera de mortificar a aquellos que ya se han rehabilitado tras su pena o condena.

Pero hay más: la empresa también está trabajando en una función que permitiría a los usuarios presentar sus propias "pruebas", como informes policiales, órdenes de restricción y otros documentos legales que denuncien delitos o acoso.

Margen de error y discriminación. Otro problema radica en la falta de fiabilidad de las verificaciones de antecedentes. En los últimos años, muchos empleadores han dejado de consultar antecedentes para evitar el estigma que ya enfrenta parte de la población, ya que la vigilancia, las condenas y las sentencias supuestamente afectan de manera desproporcionada a las personas negras y otras minorías. Sarah Lageson, socióloga en la Escuela de Justicia Criminal de la Universidad Rutgers-Newark, explicaba en un reportaje de The Guardian que “una iniciativa así solo reforzará los estereotipos y la discriminación racial y hará que la gente se asuste cuando no hay motivos para ello”.

De hecho, en EEUU, desde hace un año, 36 estados y 150 ciudades han aplicado una política que prohíbe a los empleadores preguntar sobre los antecedentes penales de una persona durante las solicitudes de empleo.  Otra razón para desconfiar de las verificaciones de antecedentes es la información desactualizada o errónea a menudo se incluye en los registros públicos y documentos judiciales. Un estudio de 2005 realizado por la empresa de detección privada Intellisense Corp apuntaba a que existía una tasa de error del 41% en las bases de datos nacionales.

Agresiones en la plataforma. El motivo de todo este debate no es otro que la larga historia de problemas de seguridad que tiene Match Group. Una investigación de ProPublica de 2019 hablaba de que varias mujeres habían denunciado haber sido violadas o agredidas sexualmente en las citas y no recibieron ninguna respuesta por parte de las apps. De hecho, vieron a sus abusadores en diferentes aplicaciones años o, a veces, meses después. La investigación citaba un informe de 2016 de la Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido que señalaba un aumento en la violencia en las citas durante un período de cinco años: de 33 a 184 casos.

Sin embargo, después de revisar 150 incidentes de agresión sexual que involucran aplicaciones de citas, la misma investigación de ProPublica sugería que la mayoría de los perpetradores acusados ​​no figuraban como delincuentes sexuales en el momento en que se cometió el delito y concluyó que incluso si se realizaran verificaciones de antecedentes, no podría ser suficiente para frenar la lacra que persiste en la aplicación.

Imagen: Pexels

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