Zombis, vandalismo, mutilaciones: el belén de Ourense ya es la mejor película de estas Navidades

Jacome Batman
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España afronta tiempos extraños. La dictadura de la viralidad y la proliferación de alcaldes al borde de la megalomanía han convertido a la Navidad en uno de los periodos más surreales de cada año. Uno de sus primeros visionarios, Abel Caballero, llevaba años ofreciendo pistas: desde la decoración típicamente navideña de Dinoseto, patrimonio de todos los vigueses, hasta un gasto casi absurdo en alumbrado festivo.

A Caballero le han seguido este año otros tantos alcaldes, como José Luis Martínez-Almeida o Jorge Azcón, obsesionados con elevar a sus ciudades a los altares de la iluminación navideña. Hay una auténtica carrera al alza por decorar de formas más extravagantes y llamativas pueblos tan pequeños como Boadilla del Monte o Torrejón de Ardoz. Sus ayuntamientos han desembolsado este año más de 500.000€, por encima de la mayoría de capitales de provincias, para aparecer en el mapa.

El mapa de la Navidad. El mapa del meme.

En la disputa por ese trono que es el corazón de todos los españoles ha surgido un candidato inesperado, uno que, para mayor heterodoxia, aspira a conquistar la Navidad no mediante un alumbrado capaz de cegar a los mismos Dioses, sino mediante la performance y la instalación de un belén surgido de una película de Serie Z. Hablamos del hombre de las Pascuas. De Gonzalo Pérez Jacomé. Alcalde de Ourense por el día, Batman por la noche.

Un belén para dominarlos a todos

La historia comienza en la campaña de las pasadas elecciones municipales, cuando Jacomé promete un "monumental belén en todo el casco antiguo", cuyas dimensiones escaparían a toda lógica humana y cuyo carácter artesanal atraería las miradas de miles de turistas.

El resultado fue cuanto menos decepcionante. El presupuesto total para tan magna obra no superó los 18.000€, y sólo dos empresas se presentaron al concurso público. Una de ellas fue eliminada de inmediato, al no cumplir con los pliegos, y la otra presentó una colección de muñecos y figuras lindantes con el terror más puro. "No salió como esperábamos", reconocería más tarde el concejal de Cultura, Mario González.

Pese a todo, y tras discutir el abandono del proyecto, el gobierno municipal instaló el belén. El espanto entre sus conciudadanos fue inmediato. José fue comparado con un muerto-viviente surgido de los confines de The Walking Dead. Las expresiones de horror plasmadas en los rostros del buey y del asno evocaron aquella del Ecce Homo borjano. El belén, construido a base de retales con cartón-piedra, fue bautizado como "el más feo" de España, una pesadilla "yonkizombi".

Al día siguiente de su inauguración ya había conquistado la conversación de las redes sociales. Jacomé salió en su defensa. "Nuestra idea era hacer un gran superbelén que costaría más de un millón de euros", explicó en un programa de televisión, y que ante la imposibilidad de llevarlo a cabo este año, optaron por una obra "menor", culminada en tiempo récord. Sobre el carácter, ejem, triste y abatido de las figuras, el alcalde observó: "El escultor (...) usó moldes de caras humanas, incluida la de un actor".

Todo un alivio.

Como quiera que el belén hizo de Ourense un raro tema de conversación nacional, algunos de sus vecinos se sintieron avergonzados. A las pocas horas ya circulaba una petición para retirar el belén, secundada por unas pocas firmas. La reacción más furibunda llegó la noche del 21, no obstante: una joven en estado de embriaguez saltó el cercado y la emprendió con las ovejas, el buey y los pastores; a las pocas horas, un desconocido sustraía la figura del Niño Jesús.

Un Jacomé herido en su orgullo atribuyó los actos a una "campaña" contra todo lo que hiciera su ayuntamiento, y al carácter "no democrático" de los atacantes.

A los pocos días obtendría una victoria parcial. La cuenta oficial de Democracia Ourensana, la plataforma electoral que arropa a Jacomé, mostraba al regidor posando felizmente junto con el Niño Jesús y afirmaba lo siguiente: "El alcalde recupera el Jesús robado del belén (...) Los secuestradores le mutilaron ambos brazos. El Concello no ha pagado ningún tipo de rescate. Se reparará y doblegará la seguridad".

El segundo secuestro de Dios

Mutilaciones, un alcalde en persona dedicado a combatir el crimen, rescates que no ceden al chantaje de los terroristas. Para entonces cualquier interacción de Jacomé en su hiperactiva cuenta de Twitter ya revestía un carácter memético y cómico inevitable. Aquel mismo día escribió: "El belén de Ourense de la polémica está generando tal atracción que será un clásico de las navidades futuras".

Consciente quizá de su propia autoparodia, Jacomé ha redoblado la apuesta desde entonces. Poco después compartió el enlace de un "medio internacional" haciéndose eco de los sucesos de Ourense y preguntándose: "¿Cuánto valdría promocionar el nombre de Ourense por otras vías? Nos salió el plan niquelado". Sucedía que aquel prestigioso periódico "internacional" lo único que había hecho era traducir una noticia de El Confidencial, utilizando hasta su cintillo para la imagen de portada.

Para entonces los acontecimientos del belén de Ourense conformaban un género cinematográfico propio. Nada podía auspiciar lo que sucedería en Nochebuena, sin embargo: otro grupo de vándalos sorteó la seguridad de la instalación (un guarda) y destrozó otro puñado de figuras. El buey perdió sus orejas, la Virgen sufrió insoportables agresiones y el Niño Jesús volvió a ser secuestrado con nocturnidad y alevosía.

Belen Ourense

Para Jacomé, la noticia era ¿positiva? "Ya es oficial: estamos ante el belén navideño más atacado y con más secuestros de España". A la mañana siguiente intervino en directo en Espejo Público, uno de los programas matinales más seguidos de España: "Está siendo un éxito tremendo y hay que hacer del problema una oportunidad (...) No es el belén de mis sueños, desde luego, [pero] Funciona como una atracción y esto está lleno de gente, así que hemos sabido darle la vuelta a la tortilla".

Las autoridades lograron recuperar al Niño Jesús con celeridad, y, al parecer, ya se encuentra en manos de la empresa autora de la instalación para su segunda reparación. Una vez instalado, ¿cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a sufrir la ira de algún ourensano?

Es el gran misterio que sobrevuela ahora la ciudad, a la espera de nuevos y apasionantes acontecimientos que actualicen la gran película navideña en la que se ha convertido su belén. Por obra y gracia de su alcalde, de una desafortunada elección estética en la formación de sus figuras y por un deseo expreso de construir el belén del millón de euros para el año que viene. Pero ante todo, por el carácter viral y memético que comienza a dominar la Navidad... Y la política española.

Imagen: @gonzalojacome

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