Sentimos romper la magia, pero la ratita que se ducha probablemente no esté nada contenta

Sentimos romper la magia, pero la ratita que se ducha probablemente no esté nada contenta
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Desde hace menos de 24 horas Internet tiene un nuevo Dios en forma de adorable vídeo con un animal comportándose de forma humana. Ratatouille (así la han bautizado las redes) se ducha moviendo sus patitas por todo el cuerpo, enjabonando correctamente sus axilas, su tripita, su cabeza. Todo el mundo “se muere de amor”, tiene “muchas preguntas”, ganas de darle un abrazo y otros ya están poniéndoles a sus hijos el vídeo para que aprendan del roedor una buena clase de higiene personal.

180.000 compartidos aquí, otros 100.000 y 66.000 allá, republicaciones en medios y demás manifestaciones de virales tomando los timelines por asalto.

¿Pero cómo es posible que se lave como lo hacemos las personas? Para empezar, las ratas normalmente no se lavan así, utilizan la práctica gatuna y de otros mamíferos de extender su lengua por su piel.

La duda que puede existir entonces es si es un hábito adquirido, educado por los dueños de la rata. En principio no sería así. José Correa, el DJ peruano y autor del vídeo original comenta para el Daily Mail que una mañana simplemente iba a ir a la ducha cuando “se cruzó con el animal y lo grabó. No hay más”. No está amaestrada.

Su vídeo suma ya 41 millones de visitas y se ha vendido a una agencia de contenidos para monetizar sus reproducciones. Correaademás ha aprovechado para sacar una canción sobre la limpia ratita, accesible desde la descripción del vídeo en youtube.

Lo que sí podemos apreciar si nos fijamos bien es que al animal le han echado muchísimo jabón, que se está generando mucha espuma, llegando incluso a metérsele en la boca algo de sustancia. Parecería lógico que, para librarse del compuesto, se abriese el grifo y dejase que corriese el agua, pero en el vídeo nadie lo hace.

Anna Martí, nuestra compañera de Xataka y veterinaria licenciada, no cree en este cuento de “ratita presumida enjabonándose felizmente mientras tararea en la ducha”. No percibe que el grado de sufrimiento del animal sea muy alto, ya que “no chilla y los movimientos son relativamente pausados (si le molestase/ardiese o algo así tendría movimientos frenéticos)”, pero en su opinión sí es posible que, en lo que debiera ir inmediatamente después del clip de vídeo que vemos, el animal empiece a estresarse y a sufrir más, dependería de lo que tardasen los dueños en ayudarla a quitarse el jabón.

Los estudiosos de los roedores opinan lo mismo. Tuomas Aivelo, investigador de biología de ratas urbanas de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, le contó a Gizmodo que “sus movimientos son bastante extraños. Una rata no haría esos gestos a no ser que se esté intentando deshacer de algo. Probablemente se esté sintiendo molesta”.

El problema, por tanto, es ver comportamientos animales e interpretarlos bajo el prisma del comportamiento humano. No es la primera vez que las redes confunden placer con dolor en los gestos de un animal, y tal vez recuerdes el caso del monísimo lori que se dejaba acariciar lleno de felicidad cuando en realidad estaba segregando sustancias venenosas para intentar protegerse.

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