La ciencia ya sabe cuánto tiempo perdemos en tareas banales a lo largo de nuestra vida. Y es aterrador

Joven en su oficina
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En el día a día, los minutos se nos escapan de las manos como arena deslizándose entre los dedos. Pocas cosas hay que desalienten tanto a uno como perder tiempo. Porque el tiempo no solo es dinero, el tiempo lo es todo. Y, al final del día, todos o casi todos desearíamos que este hubiera durado 30 o 35 horas. O más. 24 nunca fueron suficientes, y más cuando tenemos que dedicar unas ocho a dormir y otras ocho a trabajar.

Más desesperante aún es enterarse de que la persona media del mundo desperdicia la asombrosa cantidad de 26 días al año sin hacer nada, casi dos horas diarias. Un estudio señalaba que donde más perdemos tiempo es a la espera mientras hablamos por teléfono. Un 45% de los encuestados señalaba que esperando en las colas de las tiendas y otro 44% en atascos. El 15% de los adultos afirmaban que pierden la noción del tiempo mientras esperan a que la cafetera o la tetera esté lista.

Pocas cosas son más deprimentes que calcular cuánto tiempo perdemos al día, como saber que pasarás un tercio de tu vida durmiendo, casi una década mirando el móvil o cuatro meses decidiendo qué ver en Netflix o HBO. Este estudio de la Maryland and Delaware Enterprise University Partnership (MADEUP) trasladaba esa dinámica a la vida laboral, al tiempo perdido realizando tareas banales en el trabajo.

Para ello, realizaron una encuesta sobre el uso del tiempo de 5.000 trabajadores de oficina en Estados Unidos y Reino Unido y luego los investigadores extrapolaron estas cifras para obtener una estimación de tiempo de vida de "inutilidad total ponderada" (WTF, por sus cifras en inglés) que podría haberse invertido mejor.

A muchos sorprenderá que donde más tiempo perdemos los trabajadores es en la corrección de errores tipográficos, algo que lleva una media de 20 minutos al día, el equivalente a 180 días, o medio año, durante una carrera de 45 años. Según The Economist, entre los ejemplos más comunes de errores tipográficos se encuentran "salidos" cuando queríamos poner "saludos", o "un brazo" donde debería ir "un abrazo". En inglés los más comunes son "thnaks", seguido de "teh", "yuo" y "remeber".

Otro de los grandes agujeros negros del tiempo se encuentra en la seguridad informática. Hasta 145 días pierde el trabajador medio iniciando sesión durante su vida laboral, al igual que otros tantos meses tratando de recordar contraseñas, introduciéndolas incorrectamente o actualizándolas. No sólo eso, también rechazar solicitudes repetidas para programar actualizaciones del ordenador es otra parte de nuestra existencia que nunca volverá. Y qué decir de cerrar anuncios de publicidad emergentes o de intentar pausar el vídeo de reproducción automática.

Luego está el campo de la organización. Realizar tareas enfocadas a ordenar nuestro espacio de trabajo absorbe más de cuatro meses de la vida de un trabajador. Lo más común: eliminar correos electrónicos (seis semanas de tu vida), hacer clic en los canales de Slack para leer mensajes que no son para ti o borrar las notificaciones del móvil más de lo mismo.

La lista sigue y sigue. Coordinando agendas de reuniones que luego serán canceladas: otro mes. Esperando a que la gente repita cosas porque muteó por error su aplicación de Zoom o Google Meets: una quincena. Pasar horas redactando un correo electrónico y luego dejarlo en la carpeta de borradores: dos días. Todo cuenta.

Y estudios como este reflejan que la tecnología se encuentra en el corazón de este tiempo desperdiciado. Sin embargo, la verdad es que lo que ella nos ahorra es muchísimo más. ¿Cómo serían nuestras vidas sin la tecnología de la que ahora disponemos? Aún más lentas y mucho más tediosas. ¿O es que no se perdían días enteros para que la carta de turno llegara al destinatario? Con WhatsApp esto lleva menos de un segundo.

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