Fin al 95% de pisos turísticos: Madrid ratifica su plan para acabar con el "efecto Airbnb"

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A dos meses de las elecciones, Ahora Madrid y PSOE consiguen dar luz a uno de los planes más ambiciosos de esta última legislatura y del contexto social madrileño: mazazo a los pisos turísticos y a las especulaciones vía plataformas como Airbnb.

¿Qué han aprobado? Para empezar no está aprobado, pero la comisión de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento lo tiene listo y tienen los votos necesarios para llevarlo a cabo. Lo aprobarán en el próximo pleno del miércoles 27 de marzo. La medida es el Plan Especial de Usos del Hospedaje, la propuesta de limitar el uso de pisos turísticos y otras actividades que influyen parcialmente en el coste y la calidad de vida de los vecinos.

Sin entrada independiente, no hay negocio: la nueva norma municipal limita a 90 días y en toda la almendra central de la ciudad la posibilidad de alquilar una vivienda con fines turísticos sin necesidad de hacer ningún trámite. A partir de esos tres meses, ya no se considerará economía colaborativa sino de actividad comercial y habrá que hacer trámites. Entre ellos, y si el edificio es de uso residencial, habrá que acondicionar un "acceso independiente" para residentes y turistas. Prácticamente ninguna vivienda de las de este tipo la tiene actualmente y muchas no podrán permitírselo sin que la inversión deje de salir rentable.

Cierre del 95% de los pisos turísticos actuales: es la previsión del Ayuntamiento del número de pisos que perderá la capacidad de operar. El recuento de la oferta en enero de 2018 (desfasado, ya que no han parado de crecer) cifraba en 10.300 los apartamentos turísticos completos más 5.700 habitaciones privadas, 207 habitaciones compartidas. El 60% de toda esta oferta se concentra en el distrito Centro. Por poner en perspectiva, ahora mismo, y yendo a Idealista, vemos que se ofertan en alquiler 8.000 viviendas en la almendra central de la capital.

Es decir, que si de verdad su plan consigue erradicar el 95% de la oferta turística, la medida tendría enormes consecuencias en la ciudad, y posiblemente en el bolsillo de sus ciudadanos. Si Nueva York demostró que Airbnb encareció los alquileres y el veto de San Francisco que cortarles las alas puede abaratar los alquileres (en cinco meses hasta un 5%), los madrileños, su drama de la vivienda y el de la presión demográfica lo agradecerían enormemente.

¿Y qué efectos negativos tendrá en la economía? Las asociaciones de plataformas de alquiler reprochan que va a tener duros impactos en la actividad económica turística. ¿Qué pasará cuando la gente quiera venir al Mad Cool?, imaginan. Por otra parte, hay inquietud por los efectos de estos nuevos requerimientos de licencias en locales y negocios que operan en edificios residenciales (un economato, una peluquería en un bajo, la pensión Juani). José Manuel Calvo, el delegado de Desarrollo de Madrid, ha alegado que no se aplicará de forma retroactiva, pero que todo nuevo negocio o futuras renovaciones de servicio van a necesitar de estas licencias.

Los árboles y el bosque: otra cifra importante para entender todo esto es que, mientras hablamos de miles de pisos en Airbnb y similares, Madrid capital también cuenta con un parqué de 153.101 viviendas vacías. Dada la presión demográfica de la ciudad, y al igual que ocurre en Barcelona, la mayoría de estas viviendas vacías no son deficientes o inhabitables, y de hecho la mayoría de stock vacío se concentra en los mejores barrios de la capital. Es decir, su retirada del mercado de la oferta funciona como acción especulativa.

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