La píldora anticonceptiva masculina todavía no es la panacea y sí tiene efectos secundarios

La píldora anticonceptiva masculina todavía no es la panacea y sí tiene efectos secundarios
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Cronología de una verdad deformada:

  • Algunos medios publican los resultados de un estudio de reciente presentación en la Sociedad de Endocrinos en Chicago.
  • Otros se quedan con el mensaje que la universidad que lo ha financiado desea hacernos ver: que sus experimentos con la píldora masculina han sido de lo más positivos.
  • Otros van más allá y titulan “llega la píldora anticonceptiva masculina sin efectos secundarios”.
  • Se desata la indignación en redes.

Estos días hemos visto estos titulares y, también, el resentimiento de distintas usuarias al leer que los hombres no sufrirán efectos secundarios al tomar su tratamiento anticonceptivo. Este malestar femenino es comprensible teniendo en cuenta los mensajes lanzados a prensa, pero si rascamos un poco más vemos que no es el caso.

Antecedentes: sabemos que cada vez hay más interés por el anticonceptivo hormonal masculino. También, que la investigación más popular hasta el momento con un fármaco de este tipo, de 2016, hizo que decenas de hombres sintiesen depresión, daños en el hígado, incremento del acné y alteraciones de libido ya sólo en las fases iniciales de desarrollo. Aunque la investigación no se detuvo por eso (como se insinuó en redes), sino porque la prueba había dejado de ser segura: uno de los participantes se suicidó y otro vio arruinada para siempre su función espermética. Unos resultados que anticipaban un difícil futuro para este producto.

De ahí pasamos a la investigación de DMAU, la nueva píldora testada por la Universidad de Washington que ha entusiasmado a la comunidad científica esta semana y que ha alcanzado los titulares.

El estudio se basa en una prueba de 28 días realizada sobre una muestra de 100 hombres, de los cuales sólo 83 completaron el proceso y de éstos, salvando los que tomaron placebo, quedan aproximadamente 70 sujetos que tomaron el fármaco en alguna de sus dosis. Del grupo que tomó esta píldora masculina experimental “todos mostraron un aumento de peso y una disminución en sus niveles de colesterol bueno y unos pocos mostraron síntomas consistentes con deficiencia o exceso de testosterona”.

Algo que queda muy lejos de los nulos efectos secundarios inmediatos. Por supuesto, quedarían por comprobar todos los posibles daños a largo plazo que las investigaciones con la píldora femenina están ya más dominados. Pero siguen siendo datos más positivos que los del estudio de 2016.

El larguísimo camino de la píldora masculina (que ya ha recorrido la femenina)

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Imagen promocional de una de las primeras pastillas anticonceptivas. Nueva York, 1974.

Ciertamente, la píldora femenina en sus inicios (que, como siempre hay que recordar, hace más que evitar los embarazos) era una bomba de efectos secundarios. Como hizo ver al mundo la investigadora Barbara Seaman en 1969, nueve años después de que su uso se disparase en Estados Unidos, la ingesta habitual del fármaco incluía riesgos notables, como el de coágulos sanguíneos, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, depresión, aumento de peso y pérdida de libido. Su uso estaba estrechamente vinculado con el cáncer y la trombosis. Como alegaron algunas feministas, y haciendo el balance de los costes de su uso, quienes más se habían beneficiado de la expansión del anticonceptivo habrían sido, precisamente, los hombres.

Con el tiempo los niveles de hormonas de las primeras pastillas se refinaron y sus efectos secundarios se redujeron. Hoy en día, el contenido de estrógenos de la píldora promedio es un tercio de lo que solía ser y la progesterona es una décima parte de lo que era. Pese a ello siguen apareciendo estudios cada tanto tiempo que siguen apuntando a sus efectos, bien demostrados o sospechados.

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Es lo que debemos tener en cuenta, sobre todo, al compararla con su equivalente masculino, aún inexistente. En estos 50 años al menos 200 millones de mujeres han tomado la píldora, se ha conseguido una efectividad del 99% en caso de ser tomada correctamente, y sólo en Reino Unido se han llevado a cabo macroestudios en decenas de miles de mujeres sobre su seguridad a lo largo de 40 años. Es difícil competir, en términos de precisión científica, con la amplia experiencia que tenemos con la píldora femenina.

Como señalaban ciertas cuentas en redes estos días, los efectos adversos de la pastilla sobre el cuerpo de las mujeres están probados. Sin embargo, muchos de los efectos secundarios más habituales pueden evitarse con una evaluación ginecológica personalizada. Hay disponibles decenas de pastillas anticonceptivas con distintas recetas hormonales. Si una mujer empieza a tomar la pastilla y nota molestias tiene la opción de pedir un nuevo fármaco.

La píldora anticonceptiva femenina es un medicamento que, en efecto, no está exento de efectos secundarios, pero estamos muy lejos de afirmar que la píldora masculina vaya a ser de aquí a un par de años mejor que la que tenemos las mujeres a día de hoy.

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