Pacma quiere prohibir el sacrificio halal y kosher: la medida que les une a la extrema derecha

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En campaña electoral hay que lucirse. Para Pacma uno de esos frentes que ha elegido para destacar es en el del sacrificio animal. “Exigimos la ilegalización del rito halal y kosher”, denuncian ahora en sus redes sociales haciéndose eco de una de sus peticiones habituales a lo largo de estos años.

¿Qué problema da la comida halal y la kosher? La primera, la del rito islámico, la segunda la del judaísmo. Entre las muchas restricciones y protocolos de ingesta que siguen vigentes en sus culturas está la de que, si bien pueden comer carne de algunos grandes animales, estos deben sacrificarse estando vivos y completamente sanos con cortes limpios en la garganta.

¿Y por qué quiere Pacma prohibirlo? Porque, según ellos, se hiere en exceso al animal. “La religión no es excusa”, proclamaron durante la celebración del Aid el Kebir, la Fiesta del Cordero musulmana. Ciertamente la normativa europea CE 1099/2009 sobre sacrificio animal obliga a que se mate a los animales con aturdimiento previo, para evitar sufrimientos innecesarios, pero se permite algunas excepciones en nombre de las tradiciones religiosas.

Un negocio ascendente: en España contamos ahora mismo con 2 millones de musulmanes (el 42% de ellos son españoles) y unos 11.300 judíos, según los censos, cifras importantes para entender el porcentaje de presencia de cada comunidad, más cuando el turismo musulmán está creciendo en nuestro país. El negocio halal es uno de los últimos booms de la industria cárnica, que, además, y gracias a la prohibición de estos ritos en otros países, está haciendo crecer nuestras exportaciones: en Europa se mueven 32.000 millones de euros de negocio halal.

¿Y qué alegan los religiosos? Por supuesto ven esto como una extralimitación y una ofensa a su libertad religiosa. Además de esto, los musulmanes y la industria halal y kosher suele alegar que con el corte rápido en el cuello que deben practicar el animal queda inconsciente, a lo que Pacma recoge con opiniones de veterinarios que alegan que la pérdida de la consciencia de grandes animales podría aparecer hasta 72 segundos después de haber sido degollado.

El vínculo entre animalistas y extremismos: para aprobar esta medida en Bélgica, cuando este país decidió sumarse a aquellos que prohíben el sacrificio animal con dolor, confluyeron grupos antiespecistas con partidos de extrema derecha como el N-VA. Haciendo un ejercicio de futuro-ficción, y al igual que ha ocurrido en otros países, no sería raro imaginarnos una alianza PP, VOX y Pacma para intentar prohibir este tipo de prácticas en nuestro país.

Ni de izquierdas ni de derechas: una de las batallas a las que se tendrá que enfrentar Pacma es al del posicionamiento ideológico. Su prioridad número uno son los animales, y la segunda el medio ambiente. Todo lo demás es secundario o terciario. Su electorado es mayormente urbanita, femenino y joven, del espectro ideológico de izquierda cercano al PSOE. Para conseguir representación parlamentaria necesitan alcanzar porcentajes de voto superiores al 3% por circunscripción cuando ahora mismo rondan el 1.5% por municipio. 

Meses atrás Pablo Iglesias contactó con ellos para intentar sumar su medio millón de votos a su lista de izquierdas a cambio de una propuesta por la prohibición de los toros, a lo que Pacma se negó por considerarles enemigos en el territorio político (Podemos sólo ha apoyado una medida en pos del bienestar animal en tres años) y a los que ahora denuncian como “partido en descomposición”. Mientras tanto, logran promover con éxito recursos contra la caza y el control de la fauna en Castilla y León, poniéndose en contra de todo el arco político autonómico y cumpliendo con las propuestas que le prometían a su electorado. 

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