Deadpool: por qué una peli que nadie quería hacer es uno de los mayores éxitos de taquilla

Deadpool: por qué una peli que nadie quería hacer es uno de los mayores éxitos de taquilla
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El titular: Deadpool recauda 265 millones de dólares en su fin de semana de estreno global (tranquilos, a España llega este viernes). Esto es, la mejor cifra para un estreno en salas jamás logrado por una película etiquetada como para mayores de 17 años, superando la recaudación de otras grandes propuestas como Matrix Reloaded o El francotirador.

El mercenario bocazas de Marvel ha logrado él sólo en este fin de semana del amor superar la mejor apertura de un mes de febrero, eso es, una mayor fiebre espectatorial que la que logró el año pasado 50 sombras de Grey, y convertirse en la mejor marca en taquilla para una película de un director debutante, Tim Miller, quien hasta ahora sólo tenía experiencia trabajando en el departamento de efectos especiales.

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¿Lo mejor de todo? Se trata de la mejor recaudación del fin de semana de estreno de cualquier película producida por el estudio 20th Century Fox, y eso significa haber alcanzado mejores cifras que ninguna de las películas de los X-Men. Sí, para una cinta que los mismísimos responsables de Fox no tenían del todo claro que quisieran hacer y a la que le habían asignado un presupuesto de 58 millones de dólares. Sólo un poco más de la cuarta parte de lo que se han gastado en X-Men: días del futuro pasado, de 200 millones de producción. La pregunta es clara: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Sólo las filtraciones le dieron amor a Deadpool

Hoy, en otra de esas ocasiones en las que son más interesantes los entretenimientos montados alrededor de las películas que los que vemos en las mismas películas, nos encontramos con la historia de Deadpool. Un proyecto que nadie estaba del todo convencido de que mereciese la pena sacar adelante, con varios guionistas y directores pasando por la mesa de negociaciones para después marcharse sin llegar a ningún acuerdo.

Fue en febrero de 2010 cuando, llegado un punto tras 10 años estando en eso que se conoce como “infierno de producción”, Deadpool vivió la filtración de su guión, que entusiasmó a los fans que se acercaron a leerlo. Fox dio entonces el visto bueno para elaborar una prueba de metraje con un bajo presupuesto, por tantear el terreno.

El resultado, por supuesto, también se filtró. En julio de 2014 los internautas pudimos ver una prueba de efectos especiales en la que Ryan Reynolds protagonizaba una escena de captura de movimiento. Para jolgorio de los aficionados a Masacre, eran bastante buenas. Reynolds lo cuenta en el video precedente a este párrafo, en el que dice estar seguro "en al menos un 60% de probabilidades" de no haber sido él quien filtró aquel guión: si el libreto no hubiese sido mostrado al público por alguna fuente “infiltradora”, la película no habría tenido nunca el impulso definitivo que la convirtiera en un producto real.

Si no tienes al Capitán América, pásate al humor +17

Lo bueno sigue después, cuando se descubre la primera imagen oficial promocional de una campaña que desde el minuto uno ha buscado convertirse en el megaéxito viral de la temporada de marketing fílmico. Fox debía saberlo, era importante llamar la atención en redes. Pese a que Masacre es un héroe marvelita, el personaje creado por Fabian Nicieza y Rob Liefeld 25 años atrás no tiene el mismo caché que Los Vengadores o sus compañeros mutantes.

Deadpool ha sido siempre una especie de paria, el colega gracioso de las grandes estrellas que se conforma con el éxito entre un grupo de aficionados más selecto, en concreto, aquel interesado por un malhablado y verborréico protagonista que no duda en quemarlas a base de metahumor y romper la cuarta pared siempre que pueda. Así lo dijo Graeme McMillan, de The Hollywood Reporter, cuando vio por primera vez el trailer promocional de Deadpool "es como si los de la película hubiesen aprendido a hablar a la audiencia fan en su propio lenguaje”.

El antihéroe que quiere que te toques

Y en esa línea ha ido la campaña de Fox, arriesgando en humor zafio y todo tipo de tácticas de publicidad chusca como no le estaría permitido hacer a ninguna de las otras películas de superhéroes, esas en las que la inversión es tan grande que parecen clamar a la seriedad y al acercamiento a todos los públicos, buscando el mínimo común denominador.

Para un personaje como el de Deadpool, el suicidio comercial habría sido elaborar cualquier otro tipo de estrategia publicitaria, pero el volumen de material que ha salido a la luz, el timing con el que lo han exhibido y la calidad de lo entregado puede explicar perfectamente su éxito. He aquí alguno de los grandes momentos que ha dado, especialmente para los estadounidenses (con el eco del resto de la prensa especializada en cine internacional) durante este tiempo:

Dividir a los personajes de la película en gilipollas y héroes

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Hacer el anuncio en valla emoji más estúpido de la historia

Sin miedo a la falsa publicidad

Meterle un gol a tu cabeza y al Manchester United

Evidentemente, hacía falta un Tinder

Deadpool On Tinder

Campaña a favor de los tocamientos para prevenir el cáncer de testículos

Ryan Reynolds, otra figura clave

Como podemos ver, buena parte del éxito de la promoción de la película hay que explicarlo en la implicación de Ryan Reynolds, productor de la cinta y amante declarado del personaje que hizo por empujar el proyecto más que nadie (salvo tal vez su director, Tim Miller) y que parece haberlo organizado todo con la finalidad última de que nos olvidemos para siempre de su encarnación de Linterna Verde. Del que, por cierto, también hay una broma circulando.

¿Es esta implicación de un actor con el personaje algo novedoso? No, pero sí lo es la intensidad y las creativas formas de elaborar anzuelos para los medios que ha protagonizado el canadiense.

Porque no es solo que él encarne a Deadpool, sino que, mientras ha durado la campaña, ha cargado con el peso creativo de la elaboración de un personaje cuya ficción ha sobrepasado la película. Es decir, mientras para otras películas tendríamos a Chris Evans o a Chris Hemsworth bromeando en los junkets y subiendo alguna foto de Instagram apelando a su conexión con Capitán América o Thor, Reynolds filmaba para Halloween un irreverente video en el que amonestaba a infantes disfrazados de superhéroes soltando improperios no aptos para menores. Todo así, desde finales de 2014 y sin parar hasta el día de hoy.

Don't believe the hype

En otra vuelta de tuerca, una broma meta-promocional de la película protagonizada por el héroe marvelita nos advertía de que deberíamos mantener controladas nuestras expectativas. Y es cierto, la conquista de las redes del primer héroe pansexual no significa que vayamos a disfrutar el próximo viernes de lo que nos propone Fox.

Pero sí deja claro que han sabido fabricar una malhablada sensación viral que ha roto los rígidos esquemas del marketing del cine de multisalas, y que, como han indicado nuestros compañeros de Blog de Cine, gracias al triunfo en taquilla de este soplo de aire fresco en el apolillado mundo del cine de tíos en mallas, “Hollywood ha tomado nota. Preparaos para una oleada de superhéroes gamberros”.

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