¿Qué tendría que pasar para que Froilán llegara a ser rey de España? Estas son las posibilidades

¿Qué tendría que pasar para que Froilán llegara a ser rey de España? Estas son las posibilidades
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Ha llegado el momento de plantear la pregunta que todos alguna vez nos hemos realizado. ¿Podría Don Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, comúnmente conocido como Froilán, llegar a ser rey de España algún día? La respuesta corta: sí. A la respuesta larga atenderemos a continuación, si bien es importante tener en cuenta que las probabilidades de que tal hecho finalmente suceda son bajas. Pero no inexistentes.

La cuestión cobra una inusitada importancia en tiempos de inestabilidad institucional. La marcha de Juan Carlos I lejos de España ha reabierto un debate de carácter más popular que político sobre el rol y el futuro de la monarquía. Un futuro condicionado al carácter familiar y hereditario de la corona. Y un carácter, a su vez, que podría deparar escenarios extraordinarios fruto de acontecimientos inesperados. En algunos de ellos, Froilán sería rey.

Veamos cómo.

Quién es Froilán y por qué quieres que sea tu rey

A estas alturas es complicado que uno solo de nuestros lectores no sepa, aunque sea de forma paralela, quién es Froilán, pero hemos considerado necesario hacer una breve recopilación de sus mejores éxitos. Todos ellos le han puesto en un particular lugar del corazón de todos los españoles.

  • Froilán es el hijo de Elena de Borbón y Grecia, primogénita de Juan Carlos I y la Reina Sofía, y Jaime de Marichalar, un aristócrata de ascendencia navarra. Fue el primer nieto de los antiguos reyes de España.
  • Su presentación pública, al margen del habitual boato y bombo con el que se presenta cada nacimiento real, fue precisamente durante la boda de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz. Allí, Froilán causó sensación gracias a sus constantes bromas y travesuras durante la ceremonia. La mayor parte de ellas encaminadas a hacer la vida imposible a sus primos.
  • Posteriormente cada aparición suya en la esfera mediática ha sido tan polémica como celebrada por los sectores republicanos. Primero supimos que se había disparado en el pie mientras cazaba con su padre, cuando legalmente jamás debería haber portado arma alguna por no superar los 14 años.
  • Más tarde saltó a la luz su pobre rendimiento escolar. Repitió 2º de la ESO, entre otros motivos, a causa del incidente con la escopeta. Al año siguiente tampoco fue capaz de aprobar todas las asignaturas, y tuvo que pasar al programa de Diversificación, de contenidos mínimos.
  • Entre otros grandes éxitos, Froilán cuenta en su haber con un puñado de fotografías bastante épicas (peineta delicadamente disimulada incluida), presuntos insultos racistas a un compañero de instituto chino y supuestas relaciones con otro ilustre joven de la España de los '10, el Pequeño Nicolás. También ha sido visto repartiendo flyers de la discoteca Joy Eslava.

¿Pues bien, qué tendría que pasar para que Froilán fuera rey?

Muy sencillo. El actual rey de España es Felipe VI. Si muriera, accedería al trono Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de Asturias. En caso de que ésta rechazara la corona o muriera, la siguiente en la lista es su hermana, también hija de Felipe VI, Sofía de Borbón y Ortiz. ¿Qué pasa si ninguna de las dos está en condiciones de recibir la corona o la rechazan? Que, tal y como están las cosas a día de hoy, la siguiente en la lista es la infanta Elena.

Es la primogénita del anterior rey, Juan Carlos I, y hermana de Felipe VI, y por tanto le correspondería a ella reinar en España. Y ahora sí, si la infanta Elena perdiera la vida o decidiera declinar la corona, sería el turno de Froilán, su primogénito (y primer nieto de Juan Carlos I). Es varón, de modo que no haría falta aplicar la norma instuticionalizada en España de los hombres primero. Después de él, sería el turno de su hermana, Victoria de Marichalar y Borbón.

Froilán, por tanto, es el cuarto en la línea de sucesión. Es altamente improbable que ninguna de las dos hijas de Felipe VI no reinen, de modo que las posibilidades son remotas. Pero existen. Y todo español consciente de la irremediable capacidad para la comedia del país sueña con ellas.

¿Podría Sofía cambiar de sexo y ser la heredera?

En realidad esto ha sido demasiado sencillo. El intrincado mundo de las herencias dinásticas ofrece más posibilidades a la imaginación. Allá va una idea surrealista e improbable: ¿qué pasaría si Sofía de Borbón, segunda hija de Felipe VI y Letizia Ortiz, decidiera cambiarse de sexo y género, pasar a ser hombre con todo el amparo de la actual ley, y postularse como el único hijo del matrimonio real? Teniendo en cuenta que Leonor continúa siendo mujer y que los reyes actuales no tienen más descendencia, o al menos más descendencia varón.

El punto de partida es clave. España es una de las pocas monarquías europeas donde existe la primacía hereditaria del varón sobre la mujer. En caso de igualdad en la línea sucesoria, los derechos del hombre se anteponen a los de la mujer. Por ello Felipe VI es rey y no la infanta Elena, primogénita de Juan Carlos I. Y por ello José Luis Rodríguez Zapatero intentó modificar la Constitución para eliminar esta discriminación, presente en la monarquía borbónica desde Felipe V.

Zapatero fracasó, porque ello hubiera requerido una reforma agravada de la Constitución, un mecanismo complejo que requiere de amplias mayorías, la disolución de las Cortes y un referéndum.

Leonor Sofia
(Chema Clarés/GTRES)

Si el rey Juan Carlos I aún poseyera el trono, la situación sería peligrosa en caso de que o bien Felipe VI y Letizia Ortiz tuvieran un hijo o bien si, como hemos imaginado más arriba, Sofía decidiera cambiar de sexo y convertirse legalmente en un hombre. En tal caso los derechos de Leonor sí se verían en peligro, porque como mujer pasaría a un segundo plano en la misma línea de sucesión. Sin embargo, nada de eso importa desde que Felipe VI se convierte en rey de España.

¿Por qué? Porque la abdicación de Juan Carlos I no sólo permitió el ascenso de su hijo al trono, sino la proclamación de Leonor como princesa de Asturias. Y ahí sí, como fija la Constitución, sus derechos están salvaguardados: son intocables.

Según el artículo 57.2 de la Carta Magna, cuando un heredero es designado príncipe de Asturias, da igual su sexo: es automáticamente el primero en la línea de sucesión al trono. Un checkpoint en un juego de plataformas, una carta especial ante la que no hay defensa. Hoy ya da igual que los reyes tengan un hijo o que Sofía decida cambiar de sexo, Leonor continuará siendo la legítima heredera. Todas nuestras fantasías coartadas por Juan Carlos I y su abdicación.

Hay gente muy rara esperando reinar

La ingente cantidad de posibles para el trono de España nos permite continuar soñando, en cualquier caso. Las líneas básicas de la línea sucesoria están claras: primero los hijos de los reyes; después, la infanta Elena y sus hijos; después, la infanta Cristina y sus hijos. Y después, en caso de hecatombe, las posibilidades se abren de forma exponencial. No en vano, se iniciaría una nueva rama familiar de la mano de Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo segundo de Juan Carlos I.

¿Quién es Carlos de Borbón-Dos Sicilias y por qué él? En la actualidad hay tres posibles ramas para la sucesión al trono español. Por un lado, la actual y la que prima sobre las demás, la de Juan Carlos I, que abarca desde Felipe VI hasta el último hijo de la infanta Cristina. Por otro, la de Alfonso XIII, visiblemente mermada dada la decisión de sus hijas de casarse con hombres no pertenecientes a la realeza europea. Y por último, la de Alfonso XII (!). A esa pertenece Carlos de Borbón-Dos Sicilias.

Él es, en concreto, nieto de la primogénita de aquel rey, María de las Mercedes, cuyo acceso al trono se vio coartado por el nacimiento previsto de Alfonso XIII tras la muerte de su padre. Y es estirando el hilo de los herederos de Alfonso XII donde nos encontramos cosas de lo más sorprendentes. El propio Carlos de Borbón-Dos Sicilias nació en Suiza. Y lo cierto es que escarbar a través de su genealogía implica hacer un recorrido por gran parte de la realeza europea.

Alfonso Xii
Alfonso XII manda y no tu panda.

Ya a partir del puesto 15º dentro de la línea sucesoria encontramos, por ejemplo, a los Habsburgo. Sí, aquellos simpáticos monarcas provenientes de Austria que gobernaron España durante su mayor esplendor antes de abandonarla en plena decadencia. Hoy son vestigios de un imperio fenecido hace casi un siglo, pero sus derechos dinásticos se mantienen. El primero de ellos sería el archiduque Johannes Rudolf Antonio Maria de Austria. Austriaco, naturalmente.

Bajando un poco más ya nos encontramos al príncipe Lorenz de Bélgica, Príncipe Imperial de Austria y Bohemia, Archiduque de Austria-Este, Príncipe Real de Hungría (exceptuando Bélgica, todo países o regiones republicanas). También a otro Amadeo de Saboya, el III, pretendiente a su vez del trono de Italia (irrelevante, Italia es una República desde 1946), y heredero remoto de nuestro entrañable Amadeo de Saboya, primer y último rey electo por el Parlamento español.

En sentido descendente, pasamos por los Orléans, antigua dinastía que gobernó en Francia, republicana desde 1871, y por la aristocracia de Liechtenstein. En efecto, si una catástrofe acabara con el medio centenar de herederos acumulados, un señor de Liechtenstein sería el rey de España.

Portugal, Bragança-Orleans, más y más gente de Liechtenstein, entre ellos su jefe de Estado, y numerosísimos aristócratas y nobles germanos, todos ellos emparentados con la última casa real que pervive en Europa central, nos llevan de nuevo Bélgica. Por debajo del puesto 100 nos encontramos a Alberto II, rey de los belgas hasta su abdicación en 2013, en un históricamente irónico giro de los acontecimientos. Su actual rey, Felipe, también podría heredar el trono de España.

Carlos Ii
Si creíais que los Habsburgo se habían acabado con él, error.

Como era de esperar, Bélgica nos lleva a Luxemburgo: por ahí también se encuentra esperando reclamar su derecho al trono Enrique de Luemburgo, actual Gran Duque de dicho país. Le sigue el habitual puñado de herederos relacionados, gente de la dinastía Nassau, más gente de Austria, más gente de Saboya, y, de nuevo, tras más de 150 herederos, un Borbón: Alicia de Borbón-Parma, infanta de España, duquesa viuda de Calabria. Todo queda siempre en casa.

Las monarquías son construcciones sociales tozudas. Como vemos en los casos de Alemania, Austria o Hungría, se niegan a morir muchos años después incluso de que ya se haya celebrado su funeral.

De ahí que la totalidad de aspirantes al trono español sean aristócratas desconocidos, venidos a menos. La familia real española es realmente corta. Dentro del anonimato, existe cierta leyenda urbana en torno a un célebre personaje de la prensa rosa española: Alessandro Lecquio. ¿Podría él ser algún día rey de España? ¿Se contempla tan espantosa posibilidad? La respuesta es no. Pero sí podría haberse dado un interesante giro de los acontecimientos que lo hubiera permitido.

Alessandro Lecquio es nieto de la infanta Beatriz de Borbón, tercera hija de Alfonso XIII. Los dos primeros vástagos del rey, Alfonso y Jaime, renunciaron al trono por problemas de salud. Dado que en España primaba (y prima) el varón sobre la mujer en la misma línea de sucesión, el trono saltó por encima de Beatriz de Borbón y pasó a Juan de Borbón, padre de Juan Carlos I. Y ahí, entre otros millones de variables, perdimos la oportunidad de un hipotético Lecquio rey.

Terrible noticia. Afortunadamente nos queda Froilán.

Imagen: GTRES

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