La colonia perdida de Roanoke, el mayor misterio sin resolver en la historia de Estados Unidos

Isla Buena
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Una versión anterior de este artículo fue publicada en 2016.

Conviene olvidarse de las teorías de la conspiración sobre el asesinato de Kennedy o la desaparición del líder sindical Jimmy Hoffa; el verdadero misterio más popular en la historia de Estados Unidos, el que ha inspirado obras de teatro, una temporada de la serie American Horror Story y campañas de excavaciones arqueológicas es el de la Colonia Perdida de Roanoke, un misterio que lleva más de 420 años sin resolverse.

La historia nos lleva a los primeros asentamientos europeos en Norteamérica y a una colonia inglesa fundada en la isla de Roanoke, en Virginia, un lugar donde el agua dulce era difícil de conseguir, y donde los colonos vivían rodeados de un entorno natural completamente nuevo para ellos y dos tribus indígenas con las que las relaciones tampoco eran sencillas. Aquellas primeras colonias tenían una alta tasa de fracasos, pero ninguna desapareció sin dejar rastro en 1590.

O, siendo más concretos, ninguna desapareció dejando sólo tras de sí una palabra grabada en un poste: "Croatoan".

Colonias fracasadas como la de Roanoke hubo muchas hasta que, en 1620, los Padres Fundadores, un grupo de puritanos ingleses que huían de la persecución religiosa en su país, establecieron la colonia de Plymouth, la segunda que tuvo éxito en Norteamérica y la que pasó a ser la piedra fundacional de lo que después sería Estados Unidos. ¿Por qué, entonces, es el asentamiento de Roanoke el que más ha perdurado en el imaginario colectivo? A todo el mundo le gusta un buen misterio, no en vano. Y más si lleva cuatro siglos sin resolverse.

Para entender su atractivo hay que remontarse al comienzo de la exploración de América del Norte, a la década de 1580. Fue entonces cuando Walter Raleigh, aventurero y explorador, recibió una concesión de la reina Isabel I de Inglaterra para establecer una colonia en Norteamérica. Inglaterra y España estaban enzarzadas entonces en una pugna por ver quién terminaba dominando aquel continente recién descubierto, así que Raleigh no sólo tenía que colonizar la zona, sino que tenía que aprovechar, de paso, para sabotear las operaciones españolas.

El primer intento de fundar una colonia en Roanoke, una pequeña isla frente a las costas de la actual Virginia, data de mediados de aquella década. Se construyó un fuerte pero la misión fracasó. Tiempo después, en 1587, Raleigh envió a un grupo distinto compuesto por 117 colonos y liderado por John White a probar suerte en la bahía de Chesapeake. La misión de White y sus colonos era la de fundar el asentamiento que había fallado antes en Roanoke. Dado que ambos lugares se encontraban próximo, Raleigh les solicitó primero que visitaran los restos de Roanoke.

¿A dónde fue Roanoke?

Cuando el grupo de White llegó allí se topó con un asentamiento desierto. Y se quedó allí.

La segunda colonia de Roanoke, sin embargo, no iba a tenerlo fácil para tener éxito. De las tribus indias que vivían en la zona, los ingleses consiguieron establecer relaciones amistosas con los croatan. Sucedía que los anteriores ocupantes europeos habían estado luchando contra las otras tribus, y éstas no querían allí a los nuevos colonos. Además, no había suficientes fuentes de agua dulce en la isla, y las condiciones de supervivencia iban a ser difíciles. Aún así, en Roanoke llegó a nacer el primer bebé inglés que lo hacía en suelo americano, Virginia Dare.

La situación material y la hostilidad manifiesta de los pobladores originales resultó tan complicada que White partió de regreso a Inglaterra aquel mismo año para solicitar ayuda y refuerzos que aseguraran la supervivencia de la colonia. Una vez allí, trató de enviar víveres y suministros a Roanoke para asegurar su supervivencia. Fue una tarea harto difícil. La guerra anglo-española y las malas condiciones meteorológicas retrasaron el convoy más de tres años, abandonando Roanoke a su suerte.

Croatoan

Cuando White logró, al fin, regresar a la colonia se topó con un panorama inesperado. Allí no había nadie. Ni un alma. Las construcciones habían sido desmanteladas y aunque los hombres de White se afanaron en buscar a los colonos no fueron capaces de encontrarlos. Sólo descubrieron dos pistas de lo que podría haber pasado con aquel centenar largo de personas: un poste en el que alguien había grabado la palabra "croatoan", la tribu nativa con la que los colonos, en teoría, tenían buena relación. Junto a ese nombre aparecieron tres letras, "CRO", grabadas en un árbol.

Nada más.

John White elaboró su propia teoría sobre lo que había pasado con la colonia. El grabado del poste sugería que sus residentes se habían mudado a la isla Croatoan, (hoy conocida como Hatteras). Nunca tuvo la oportunidad de comprobarlo. Cuando quiso mandar una expedición a la isla se desató una fuerte tormenta que impidió zarpar a los barcos. White se marcharía de Roanoke sin poder hacerlo, y se tardaría otra larguísima década en intentar hallar el supuesto nuevo asentamiento. Correría a cargo de Raleigh pero su suerte también sería esquiva. El tiempo impidió su partida.

Entre tanto, los exploradores españoles se afanaron en hallar a la que ya por entonces se conocía como "la colonia perdida". Su motivo era menos noble: creían que White la estaba utilizando como base para sus operaciones de piratería. No tuvieron suerte. La leyenda de Roanoke se agrandó.

A lo largo de cuatro siglos ha habido muchas hipótesis sobre el destino de los colonos de Roanoke. Estaba la suposición de que se habían mudado (tal vez a la isla Croatoan); de que se habían integrado con la tribu de los croatoan; de que los españoles los habían atacado y habían destruido el asentamiento... Y luego, por supuesto, estaban los mitos y las historias de fantasmas, muchas centradas en Virginia Dare. En su caso, la leyenda cuenta que creció entre los indios, y que una disputa amorosa entre dos de ellos la transformó en un ciervo blanco, cuyo fantasma aún puede verse en el lugar donde estuvo el fuerte de Roanoke.

Entre 1937 y 1941 se encontraron en la zona una serie de piedras que, teóricamente, habían sido escritas por Eleanor Dare, madre de Virginia, y contaban la historia de los desplazamientos de los colonos y de sus muertes, pero fueron rápidamente desestimadas como falsas. Otros mencionan una creencia de los indios que vivían en la zona, que aseguraban que en la isla había un espíritu que transformaba en piedras y árboles a quienes lo enfadaran. Y hasta hay quien sostiene que a los colonos de Roanoke se los comió una tribu de caníbales.

Habitada
Se terminaría habitando.

Para rizar más el rizo, otras teorías han sugerido la posibilidad de que "croatoan", la palabra grabada en el poste, no se refiriera a los nativos sino a una entidad demoníaca mencionada siglos después por Edgar Allan Poe en su lecho de muerte, inscrita en el diario de la aviadora Amelia Earhart después de su desaparición, y encontrada también en la cama donde el escritor Ambrose Bierce durmió poco antes de desaparecer en México en 1913. Conspiranoia de altísimo nivel.

El misterio de un grupo de más de cien personas que desaparece sin dejar rastro es demasiado goloso para no investigarlo, y más cuando está entroncado con los relatos fundacionales de un país como Estados Unidos. Ha habido varios proyectos, tanto científicos como de aficionados, para intentar resolverlo, y hace algunos años aparecieron varios hallazgos arqueológicos que parecen apuntar a que la teoría más extendida, ya durante el siglo XVII, sobre los colonos puede ser la correcta.

Excavaciones en la isla de Hatteras, lideradas por la Universidad de Bristol, y en otro lugar, ya en Carolina del Norte, impulsadas por la First Colony Foundation, parecen haber encontrado artefactos europeos mezclados con otros indígenas, lo que confirmaría que los colonos de Roanoke abandonaron la isla y se trasladaron a otros lugares, integrándose, probablemente, con las tribus indias de la zona. Los descubrimientos no son concluyentes, sobre todo por la dificultad para datar los artefactos, pero son una pista.

Además, se sabe que, a finales de la década de 1580, la región sufrió una de las peores sequías en 800 años, que unida a los enfrentamientos con algunos de los indígenas de la isla, pudo forzar a los colonos a buscar otro asentamiento con mejores condiciones para la supervivencia. No son hipótesis tan atrayentes como el ataque de una tribu de caníbales o la intervención de algún tipo de demonio servidor de Cthulhu, pero podrían explicar qué pasó con la Colonia Perdida de Roanoke.

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