Los chicos de CasaPound, esos hipsters de “extremo centro alto” que podrían entrar al parlamento italiano

Los chicos de CasaPound, esos hipsters de “extremo centro alto” que podrían entrar al parlamento italiano
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¿Por qué tenemos que hablar de CasaPound? Porque la cosa se ha puesto seria. Después de 20 años dando el cante y ocupando un espacio notorio en los medios, el próximo 4 de marzo los italianos podrán votar en las elecciones generales a este partido de “extremo centro alto” (traducción: neofascistas) que aspira seriamente a obtener más de ese 3% a partir del cual entrarían en el parlamento. Hay ciertas circunscripciones donde su apoyo actual se estima en más del 10%.

¿Y qué proponen? Son unos socialistas. En serio, no se parecen en nada a Fuorza Nuova ni esos partidos desfasados. Públicamente opinan que la represión social de Mussolini fue un error y defienden medidas de izquierdas que los de este signo ya ni se atreven a proponer. Además, y al contrario que otros partidos filofascistas, no son unos fervientes católicos ni creen que haya que perseguir a nadie por sus inclinaciones sexuales. Ellos son más de nacionalizar la banca, proteger el derecho a la vivienda y “defender el derecho a formar una familia”.

¿De verdad son socialistas? Sí, lo son tanto que por eso lucharon por el veto al IUS Soli (una ley de ciudadanía para inmigrantes). Su principal caballo de batalla es la prohibición de todo tipo de inmigración, pero es sólo porque creen que trataríamos a esa gente como esclavos y que eso no es justo. Para eso que se vuelvan a su país.

Además sus líderes son unos artistas: su líder Gianluca Iannone tenía un grupo punk rock llamado ZZA, el abogado Domenico Di Tullio estaba en otra banda llamada Malabestia y el vicepresidente Simone Di Stefano ya ha dicho en alguna ocasión que recuerda sus iniciales reuniones como las quedadas de los situacionistas. Se ven como Shepard Fairey o Banksy, gente que interviene en la sociedad intentando despertarles de su letargo y de la crisis identitaria de su nación. Les flipan Kerouac y Homero y han montado un merchandising con su marca tan potente y moderno que, de no saber que representa fascismo, se vendería sin problemas en Urban Outfitters.

¿Y son violentos? Para nada, están en contra de la violencia. Aunque bueno, les pasa un poco como a Hogar Social Madrid, que a veces alguno que otro o grupos enteros al tiempo se ven envueltos en episodios no del todo pacíficos, como dar palizas a extranjeros, prender fuego a edificios y esas cosas.

Cuando pienses en CasaPound piensa en el Tolkien: ya sabes, en los “campamentos del Hobbit” que crearon los del Movimento Sociale Italiano (MSI) en los 70 donde se defendían ideas paganas, ecologistas y un poquito nazis. O piensa en La Voce della Fogna, o en la National Alliance que Berlusconi ayudó a resurgir, o en el Terza Posizione al que tanto se parecen. En realidad, el filofascismo ha estado siempre presente en la vida política italiana, y aunque CasaPound se presente a sí misma como los desvalidos del sistema no son más que otros privilegiados.

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