El arma secreta de Rusia para exportar más petróleo que nunca pese a las sanciones occidentales

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Las exportaciones rusas de crudo alcanzaron en marzo su máximo desde abril de 2020. Según el informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía publicado la semana pasada, el cargamento de petróleo ruso por barco aumentó en 600.000 barriles de petróleo diarios hasta los 8 millones de barriles al día. Paralelamente, los productos derivados aumentaron en 450.000 barriles diarios hasta superar los 3 millones de barriles al día.

Estas cifras, que no se veían desde la primavera de 2020, aumentaron los ingresos del Kremlin en 1.000 millones de dólares respecto al mes anterior, alcanzando los 12.700 millones de dólares. Sin embargo, esta cantidad fue un 43% menor que el año pasado.

Sanciones como respuesta. Estos datos plantean la cuestión de si las sanciones occidentales sobre Rusia están funcionando como se esperaba. En este sentido es preciso señalar que, después de que las tropas del Kremlin invadieran Ucrania el 24 de febrero de 2022, una coalición de países occidentales liderada por Estados Unidos y la UE impuso una serie de sanciones a las exportaciones energéticas rusas. Medidas como el tope al petróleo ruso o la prohibición de transportar oro negro de Rusia mediante navieras occidentales tenían como objetivo minar las cuentas de Rusia y debilitar su esfuerzo bélico.

La cara.  Y aunque las exportaciones de crudo estén en niveles anteriores a la agresión militar, lo cierto es que en el primer trimestre de este año, el balance presupuestario ruso tiene un déficit de 29.000 millones de dólares, tal y como informó Anton Siluanov, ministro de finanzas ruso, el pasado 7 de abril.

El Kremlin lo nota. Según Reuters, los ingresos totales de este trimestre son un 21% inferiores a los del año pasado en el mismo periodo. Adicionalmente, la agencia británica indica que en los tres primeros meses de 2022, Rusia obtuvo un excedente superior a los 13.000 millones de dólares. Ello indica que el esfuerzo económico en la guerra en Ucrania y las sanciones occidentales no son elementos inocuos para Moscú.

La cruz. Por otro lado, el Kremlin está encajando los efectos de las sanciones mucho mejor de lo que pensaban los países occidentales. Así lo determina el informe de la Agencia Internacional de la Energía, y ello se debe, entre otras razones, a que Rusia ha encontrado una serie de clientes muy interesados en comprarle el crudo ya que tienen la capacidad, dado el contexto internacional, de negociar precios asequibles: entre ellos destacan India, China y Turquía.

Otros compradores. En relación a esta cuestión, la Agencia Anadolu informó a principios del mes de abril que el 91% de las exportaciones rusas tenía como destino India y China. En el caso de India, las exportaciones de crudo hacia este país aumentaron 22 veces más que el año anterior. En el caso de China, Al Jazeera comunicó a finales de marzo que Rusia había superado a Arabia Saudí como principal proveedor de petróleo del gobierno de Xi Jinping.

Además, las ventas petróleo ruso a Turquía también han aumentado considerablemente en los últimos meses, tal y como informó Reuters el pasado mes de febrero.

La jugada rusa. Por otro lado, la finta rusa parece no acabar con estas ventas alternativas. Según un artículo publicado por The New York Times el pasado mes de febrero, los importadores de crudo ruso de los Urales están pagando casi el mismo precio que por el Brent. Una posible explicación sería, según Sergey Vakulenko, investigador energético de la organización Carnegie Endowment for International Peace, que parte del descuento del precio del crudo de los Urales es aportado por compañías exportadoras e intermediarias de origen ruso, que después aplican un precio algo mayor a los compradores en países como India.

Así, Rusia no recibiría directamente los ingresos del impuesto al petróleo, pero podría obtenerlo debido a los posibles lazos de estas compañías exportadoras con el Kremlin. Ello reforzaría los esfuerzos bélicos de Moscú.

¿El as en la manga? Paralelamente, la decisión de la OPEP+, cártel al que pertenece Rusia, de reducir la producción de petróleo en 1,66 millones de barriles diarios desde el próximo mes de mayo hasta final de año puede fortalecer al Kremlin. Según Takayuki Honma, economista jefe de Sumitomo Corporation Global Research, este recorte podría aumentar el precio del barril de Brent, incrementando así el precio del petróleo ruso por encima del tope establecido por los países occidentales.

Lejos del K.O. En definitiva, las sanciones occidentales sobre el petróleo ruso están afectando a la economía del Kremlin, pero no con todo el impacto que desearían en Bruselas o Washington. Moscú, por su parte, está esquivando parcialmente y de forma astuta estas restricciones, apoyándose en clientes alternativos y en su alianza con la OPEP.

Imagen: Zetong Li / Unsplash

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